Mark Hyman, el médico experto en longevidad, ha conseguido en los últimos años popularidad gracias a compartir su rutina que ha hecho que a sus 64 años aparente unos 20 años menos de su edad real. El especialista ha señalado como su estado de salud no tiene muchos secretos, se basa en su dieta y en hacer ejercicio, además de una rutina básica antes de dormir que le permite resetear su sistema nervioso mientras duerme y ‘hackear’ el envejecimiento. Y en toda esa rutina hay un mineral que para él tiene una gran importancia: el magnesio.
Según Hyman, el magnesio es un ‘supermineral’ capaz de regular múltiples procesos bioquímicos de nuestro metabolismo, participando “en más de 600 reacciones enzimáticas en tu cuerpo”. No obstante, y pese a la importancia que tiene para nuestro organismo, el experto en longevidad también apunta a que su déficit es uno de los más comunes entre la población, sobre todo a medida que vamos envejeciendo.
Por eso no hay que descuidarlo, porque “el magnesio ayuda a tener un ritmo cardíaco saludable, a producir energía y neurotransmisores, al metabolismo óseo, a dormir o a relajarse”. Ahora bien, ¿qué señales te puede mandar el cuerpo para avisarte de que algo no está yendo tan bien como creías?
Como el magnesio está involucrado en múltiples funciones, su ausencia puede manifestarse de diferentes formas, como en el estado de ánimo, en una presión arterial alta, en insomnio o si se padece osteoporosis.
Según Hyman, cuando el magnesio no es suficiente se pueden integrar alimentos ricos en el mineral para así lograr que sus niveles no decaigan. Entre ellos aconseja las espinacas, las almendras, las pipas de calabaza e incluso el chocolate negro. No obstante, no todo el magnesio llega a nosotros, ya que está unido a otros antinutrientes que impiden que su absorción sea total.
De esta forma, el experto señala que lo mejor es priorizar los alimentos ricos en magnesio, aunque también sostiene que “hay ocasiones en las que la suplementación es necesaria, especialmente cuando las fuentes de alimentos disponibles son limitadas”.
Él mismo ha explicado que lleva una rutina muy meticulosa para antes de dormir que le permite retrasar el envejecimiento. Lo primero es que cena entre las seis y siete de la tarde, donde predominan verduras y proteína animal. Después no vuelve a usar su móvil ni ninguna otra pantalla tras la cena.
En las dos horas después de la cena fomenta su relajación saliendo a caminar o leyendo un libro, y a las nueve de la noche se prepara un baño de agua caliente con sales de Epsom y aceite de limón, tras lo que medita unos 20 minutos antes de irse a la cama. Pero no es el último paso, pues toma glicinato de magnesio, un suplemento que le ayuda a reducir el estrés.