En una reciente entrevista a 'The Times', Paul McCartney sostenía que a sus 82 años no necesita gafas gracias a que practica yoga ocular, una técnica que, según cuenta, aprendió en la India y protege su vista de la miopía, la presbicia y cualquier defecto relacionado con los ojos. Pero, ¿realmente esta técnica para fortalecer y relajar los músculos oculares puede prevenir la necesidad de usar lentes?
Lo cierto es que, de una forma u otra, el yoga ocular se practica desde hace miles de años. Un ejemplo es el tratak kriya, originario de India, que se supone que ayuda a desarrollar estados superiores de conciencia y despertar espiritual con ejercicios como mirar fijamente la llama de una vela sin parpadear hasta que las lágrimas fluyan.
Sin embargo, el método reciente más conocido es el desarrollado por el oftalmólogo americano, William H. Bates, en 1860. A través de una serie de ejercicios y consejos se supone que mejora la flexibilidad, la circulación y la relajación de los ojos. El médico creía que cualquier corrección de gafas se podía superar mediante estos movimientos movimientos oculares y técnicas de visualización.
Entre estos ejercicios está parpadear cuando nos demos cuenta de que llevamos demasiado tiempo mirando a un punto fijo, no ponernos las gafas nada más despertarnos, centrarse en los contornos de las letras o cerrar los ojos para visualizar la letra e imaginarla más negra y nítida.
En general, no hay evidencias científicas que avalen la teoría de Bates. Un estudio de 2018 en el International Journal of Yoga comparó la agudeza visual (la letra más pequeña que se puede ver) y el error de refracción (la graduación de las gafas de una persona) en grupos que practicaron los ejercicios propuestos por el oftalmólogo durante ocho semanas. Concluyó que ninguno de esos ejercicios marcó una diferencia en el error de refracción o la agudeza visual.
Es más, el método Bates ha sido rechazado por los oftalmólogos, no sólo por falta de evidencia sino porque es potencialmente dañino, ya que promueve la “solarización” (mirar al Sol) y es peligroso sobreexponer la retina a la luz solar.
Para proteger nuestra vista hay otros hábitos o ejercicios que podrían ayudarnos más que el yoga ocular. Por supuesto, hay que acudir al oftalmólogo siempre que tengamos molestias, pero también una vez al año para una revisión rutinaria. Algunas recomendaciones son las siguientes: