Como quiera que los seres humanos nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, lo ideal es que ese tiempo lo pasemos lo mejor posible. Un buen descanso nocturno es sinónimo de salud y un poderoso aliado contra el estrés y la depresión. Según la OMS, una persona adulta debe dormir unas siete u ocho horas diarias, pero en realidad no se trata de dormir mucho, sino de dormir bien. La calidad del sueño es lo realmente importante.
En ese sentido, existe un hábito muy saludable que permite lograr un descanso reparador sin necesidad de que este dure ocho horas. Un estudio realizado por la Universidad Monash de Australia, la Universidad de Manchester y el Hospital Brigham and Women's de Boston ha revelado que la consistencia en los horarios de sueño es más importante que la cantidad de horas dormidas. Es decir, que la clave es acostarse y levantarse aproximadamente a la misma hora siempre.
El equipo de investigadores, liderados por el neurofisiólogo Manuel de Entrambasaguas, se basó en el análisis de los patrones de sueño de más de 500.000 personas, con edades entre los 40 y 69 años, en el Reino Unido. Los resultados destacan que una rutina estable para acostarse y despertarse beneficia tanto la salud física como mental. Seguir un horario regular para dormir además puede disminuir el riesgo de muerte prematura entre un 20 y un 40%.
Por el contrario, dormir de manera irregular o se asocia con un aumento en el riesgo de enfermedades graves, como cáncer y afecciones cardiometabólicas. El estudio pone de manifiesto que, al igual que sucede con el entrenamiento físico, la implementación de una rutina fija para dormir ayuda al reloj biológico con los ritmos circadianos, favoreciendo un descanso más profundo y natural.
Enbrambasaguas admite en una entrevista en 'El Correo' que los turnos rotativos en el trabajo son el enemigo de este hábito: "Lo que es más destructivo es la variabilidad, un día hago turno de mañana; a los dos días, de tarde; luego tres días de noche... Lo ideal es un horario ordenado para que mi cuerpo se habitúe". Y también recomienda no alterar los horarios de sueño durante los fines de semana, ya que cambiar los patrones de descanso puede afectar negativamente los ritmos circadianos y reducir la calidad del sueño.
Los beneficios de un sueño reparador y de buena calidad podrían resumirse en los siguientes puntos: