La tos es la expulsión repentina y con fuerza del aire de los pulmones, su función es eliminar material de las vías respiratorias y proteger a los pulmones de partículas inhaladas de forma voluntaria o espontánea. En cualquiera de los casos, esta clase de tos tan particular puede deber su origen a varios factores. Entre los más habituales y frecuentes destacan los resfriados, procesos asmáticos y derivados del tabaquismo. En general, la tos seca nocturna es bastante molesta debido a que impide conciliar el sueño y, en consecuencia, que no se pueda descansar bien en estas horas de la noche.
El doctor Julio Maset, médico de Cinfa, apunta que “la tos nocturna puede percibirse como más molesta o dar sensación de más intensa al encontrarnos en un periodo de descanso. También suele parecernos que aumenta o va a peor, ya que la posición horizontal que adoptamos cuando dormimos lleva a que las vías aéreas superiores, como la faringe, se estrechen, y a que la secreción se acumule en el fondo de la garganta, pudiendo desencadenar un acceso de tos. En cualquier caso, este síntoma dificulta un descanso nocturno reparador, lo que puede mermar la capacidad de recuperación natural del organismo, especialmente cuando la tos es consecuencia de una enfermedad. Por tanto, la falta de un sueño reparador puede agravar, empeorar o cronificar esa dolencia.”
Una de las principales razones por la que la tos nocturna aumenta está relacionada directamente con la posición corporal. Al estar tumbados o estirados las vías respiratorias se obstruyen con mayor facilidad y nuestro organismo, a modo de mecanismo de defensa, tose. Las consecuencias directas que podemos sufrir cada noche son:
“La postura ideal para evitar esas noches en vela tosiendo es inclinar nuestra cabeza de manera ligera con la ayuda de unas almohadas extra. No estamos diciendo que sea necesario dormir sentado, porque eso no facilitaría la conciliación ni la calidad del sueño. Simplemente, aconsejamos elevar la cabeza suavemente para, así, dejar que la gravedad pueda hacer su trabajo. Es decir, ya sea boca arriba o de lado, la finalidad es permitir que la mucosidad se desplace, aliviando por tanto la irritación de la garganta”, aseguran desde Max Colchón, expertos en descanso.
Esta postura no solo ayuda a disminuir la posibilidad de tos, sino que también puede ser beneficiosa para las personas que sufren de reflujo ácido o enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), condiciones que están frecuentemente asociadas con la tos nocturna. Al elevar la cabeza, se reduce la probabilidad de que el ácido estomacal se desplace hacia el esófago durante la noche, lo cual puede desencadenar episodios de tos.
Es importante destacar que, aunque este método es efectivo para muchas personas, la comodidad sigue siendo clave para un buen descanso. Por lo tanto, se debe buscar un equilibrio entre la elevación adecuada y una postura que no cause tensión en el cuello o la espalda. En algunos casos, puede ser útil considerar el uso de camas ajustables o almohadas especiales diseñadas para ofrecer soporte y elevación sin comprometer la comodidad general.