5 estrategias para mantener una vida sexual saludable a los 50 y más

Cuando se llega a una edad madura, el cuerpo humano experimenta algunos cambios hormonales y físicos que tienen sus consecuencias directas en las relaciones sexuales. Algunos tienden a sentir cierta aprehensión o dudas sobre la sexualidad a partir de de los 50, que es muy diferente a la que se tienen una la juventud, pero esto no significa que sea menos satisfactoria.

En esta etapa de la vida, las relaciones íntimas pueden tener características propias y únicas.“La sexualidad es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida, se expresa de diferentes maneras y es fuente de placer y bienestar y contribuye a la realización personal y la satisfacción general”, afirma la Declaración de Derechos Sexuales de la World Association for Sexual Health (WAS). 

Las relaciones sexuales a partir de los 50 pueden convertirse en algo complicado debido a problemas relacionados con la edad, como la disminución gradual del deseo sexual, la sequedad vaginal, los problemas de erección o la libido baja. Para muchas personas, los estereotipos comunes sobre la edad tienen su influencia directa sobre lo esperado con la sexualidad, pero, realmente, puede suceder todo lo contrario: el sexo y la intimidad pueden incluso mejorar con la edad.

Un estudio de 2003 de la Universidad de Chile publicado en la Revista chilena de obstetricia y ginecología establece la conexión que existe entre la salud mental y la salud sexual en adultos mayores y afirma que “en la vejez, el concepto de sexualidad se basa fundamentalmente en una optimización de la calidad de la relación, más que en la cantidad”. Existen una serie de factores que hay que tener en cuenta sobre el sexo según vamos sumando años, y con las que se puede conseguir una salud sexual saludable.

Mayor experiencia y conocimiento propio en las relaciones íntimas

Una ventaja de tener más edad es contar con una mayor experiencia y conocimiento propio en las relaciones íntimas. Con la práctica, hemos aprendido qué nos gusta y qué no nos gusta en el ámbito sexual. Esto nos permite comunicarnos mejor con nuestra pareja y explorar nuevas formas de placer.

Adaptación a nuevos ritmos y necesidades sexuales

Con el paso del tiempo, también se experimentan cambios en el ritmo y necesidades sexuales. Es posible que tengamos menos energía o resistencia física, pero esto no tiene por qué ser un obstáculo para mantener una vida sexual satisfactoria. Se trata de adaptarse a estas nuevas circunstancias e incorporar prácticas más relajadas o alternativas.

No todo tiene que ser coito

Considerar el sexo como un encuentro integral en el que no solo se persigue la penetración o el orgasmo es uno de los consejos que ofrecen los sexólogos. Se sigue teniendo como el objetivo de la sexualidad el coito y el orgasmo, dejando de lado el cortejo, la seducción, las caricias, los besos, los abrazos… una gran herramienta para afrontar los cambios físicos de la edad.  En estas etapas de la vida, el juego previo y las caricias adquieren una importancia especial. Tomarse el tiempo necesario para explorar los cuerpos de ambos, disfrutar del contacto físico y estimularse mutuamente puede ser clave para mantener una buena vida sexual. 

Comunicación fluida

A pesar de que vivamos en una época donde el sexo ha dejado de ser un tema tabú, sigue habiendo muchos mitos que hacen que nuestra confianza vaya cayendo y más a partir de los 50. Hablar sobre las sensaciones y gustos de cada uno es fundamental en esta etapa de constantes cambios. Comunica lo que te gusta y lo que no, pregunta qué le gusta a la otra persona. Así también te estás responsabilizando de tu propio placer.

El poder del erotismo

El erotismo es la capacidad de despertar en el otro el deseo y la excitación sexual, generalmente a través de conductas, imágenes o palabras insinuantes, no explícitas. Se trata de un concepto complejo, a menudo asimilable al de sensualidad, que expresa en general la picardía, la provocación y la estimulación de la libido. Existen muchos caminos posibles para volver a lograr la conexión perdida con el otro, pero todos, necesariamente, deben partir de la comunicación y la búsqueda de fórmulas que resulten estimulantes para ambos como bailes, masajes, juegos, juguetes sexuales…