Un derrame cerebral se produce cuando el flujo sanguíneo a una parte del cerebro se detiene. Si esta interrupción dura unos minutos, las células cerebrales comienzan a morir, lo que puede causar daños permanentes. Hay dos tipos de accidentes cerebrovasculares: isquémico y hemorrágico.
El primero se produce cuando un coágulo bloquea un vaso sanguíneo vital para el cerebro, lo que evita que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes. El segundo se produce cuando un vaso sanguíneo tiene un derrame o se rompe y causa un sangrado. Entonces la sangre aumenta la presión en las neuronas cerebrales y las daña.
La gran mayoría de derrames cerebrales se podrían prevenir simplemente haciendo algunos cambios en el estilo de vida, como realizar más actividad física, comer sano y controlar ciertas enfermedades como la hipertensión o la fibrilación auricular. Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos también pueden ocurrir si se padece colesterol alto, diabetes o se tienen antecedentes familiares. También aumenta el riesgo con la edad, especialmente después de los 55 años.
Sin embargo, un reciente estudio realizado por expertos de la Universidad Médica de Tianjin (China) revela un sencillo hábito que, de aplicarse diariamente, puede reducir en más de un 30% el riesgo de sufrir un derrame cerebral: subir escaleras. Según la investigación, publicada en la revista 'Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Diseases', los adultos que subían al menos 110 escalones al día -equivalente a subir una escalera doméstica típica unas siete veces- tenían un 31% menos de probabilidades de desarrollar esta enfermedad.
Para el estudio se analizaron los datos del uso de escaleras y la salud general de cerca de medio millón de participantes del proyecto UK Biobank, una base de datos a largo plazo en el Reino Unido. Al inicio de la investigación, ninguno de los participantes tenía afecciones cardíacas.
El estado de salud de todos ellos fue monitoreado durante 12 años, al término de los cuales se concluyó que quienes subían un mínimo de 110 escalones al día tenían significativamente menos riesgo de desarrollar un derrame cerebral en comparación con aquellos que utilizaban escaleras con poca frecuencia.
"Nuestros hallazgos sugieren que promover el uso regular de escaleras podría ser un objetivo práctico y accesible para la prevención de enfermedades como la fibrilación auricular", concluían los investigadores en su informe. Este hallazgo subraya cómo pequeñas modificaciones en la rutina diaria, como simplemente cambiar el ascensor por las escaleras, pueden tener un impacto significativo en la salud general y la reducción de riesgos cardiovasculares.