Lejos de dejar atrás las mascarillas, 2021 va a ser el año del continuismo con las medidas de prevención. Todas las previsiones apuntan a que, aunque la vacuna haya llegado, vamos a seguir utilizando los cubrebocas durante, al menos, este año. Sabemos cuáles son las más seguras, cuáles no debemos usar, qué debemos tener en cuenta al comprarlas. Ahora, los resultados preliminares de un estudio norteamericano señalan que, con un ajustador, podemos aumentar la eficacia de las mascarillas higiénicas.
Se trata de una investigación llevada a cabo por la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, cuyo objeto de estudio era establecer las estrategias para minimizar la transmisión del virus SARS-CoV-2 en entornos escolares. Uno de los puntos clave ha sido el determinar si los ajustadores para mascarillas aumentan la efectividad de las mascarillas higiénicas para limitar las posibilidades de contagio entre los alumnos. Al comparar las mascarillas sin ajuste y las que sí lo llevaban, los resultados han concluido que existe una mejora sustancial en su efectividad al tapar más huecos.
"Las mediciones muestran que la mayoría de las mascarillas se ajustan mal, con tasas de fugas estimadas en más de un 50 %", aducen los autores del estudio. Ello provoca que la eficiencia de filtración se vea "significativamente reducida". A este respecto, consideran los investigadores, la mayor eficiencia en las mascarillas higiénicas se consiguió "utilizando ajustadores de mascarillas": es decir, gomas que sujetan con más fuerza los cubrebocas y que terminan 'mimetizando' mucho más la cara con la mascarilla.
Tras establecer el método y obtener los resultados, los investigadores revelaron que los ajustadores de mascarillas, así como un mejor diseño de la misma, "puede proporcionar reducciones en la probabilidad de infección por transmisión de aerosoles" más allá de la que se puede lograr con la ventilación (que, por otro lado, sigue siendo una de las principales vías para limitar las posibilidades de contagio, al regenerar el aire contaminado).
Para confirmar lo que al principio era una hipótesis, los autores estudiaron la diferencia en la filtración de una mascarilla sin ajuste y otra con él. La diferencia fue notable. "El uso de la mascarilla de procedimiento con un ajustador por parte de todas las personas de una misma habitación revela probabilidades de infección condicional de 0,0001 o menos". En el caso de no contar con él, se da un importante aumento probable. "La mascarilla de procedimiento de eficiencia de filtración utilizada sin un ajustador proporciona solo una reducción moderada de un 30 %."
Otra de las conclusiones más importantes tiene que ver con las mascarillas de algodón tejido. Se trata de una de las peores opciones para protegernos frente a la COVID-19: "incluso cuando se usaba un ajustador, solo podía lograr una eficiencia de filtración efectiva del 26 %", advierten. En contraposición, las de polipropileno lograron porcentajes de filtración del 65 %. En todos los casos, los porcentajes fueron más positivos cuando las mascarillas llevaron ajustador.
Como conlcusión final, los investigadores de la Universidad de Wisconsin aducen que, en base a los resultados, existe una importancia significativa de los ajustadores, que marcan la diferencia con aquellas mascarillas que, bien por estar mal ajustadas de serie o no disponer de este 'gadget', "muestran una eficacia de filtración significativamente degradada".
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