La siesta. Ese pequeño placer 'typical spanish' que tantas alegrías nos da, que nos salva de esos días grises y nos da un extra de energía los fines de semana y festivos. O toda la semana si ya estamos jubilados. Es una costumbre que estamos perdiendo y que podría tener beneficios directos para nuestra salud, según acaban de publicar en un estudio del Hospital Universitario de Lausana (Suiza). Eso sí, sin abusar.
Según una encuesta de IOP de Simple Lógica sobre la siesta, el 48% de los mayores de 65 años duerme la siesta y, de ellos, el 33,7% lo hacen, al menos, cuatro días a la semana. Y ahí, en la frecuencia, es donde puede estar la principal diferencia para disfrutar de uno de los principales beneficios de echarse la siesta: la salud del corazón.
Hasta ahora, los estudios que se habían realizado para saber qué beneficios tenía la siesta se centraban, por un lado, en la duración que estas tenían y, por el otro, en diferenciar entre las personas que se la echaban y las que no. Ahora, investigadores del Hospital Universitario de Lausana han introducido una nueva variable: las veces a la semana que te echas la siesta también puede influir en cómo afecta a tu corazón.
Según sus conclusiones, las personas que se echan la siesta solo una o dos veces por semana tienen un 48% menos de riesgo de padecer un accidente cardiovascular.
"En un análisis ajustado, encontramos un efecto adverso de la siesta frecuente (más de dos veces por semana) en la enfermedad cardiovascular. Sin embargo, cuando consideramos factores demográficos, de estilo de vida y otros factores de riesgo, la asociación desapareció. Por lo tanto, no fue la siesta frecuente lo que se asoció con el riesgo cardiovascular, sino las causas subyacentes (es decir, las personas que toman siestas frecuentes pueden tener una afección crónica con un mayor riesgo)", explica para Uppers Nadine Hausler, coautora del estudio.
Así, los afortunados que se pueden echar la siesta entre 3 y 7 veces a la semana podrían no serlo tanto. Este estudio ha demostrado que estas personas tenían "más somnolencia diurna y una apnea del sueño más exagerada" o, lo que es lo mismo, interrupciones de la respiración durante el sueño. En este grupo de personas se incluían, sobre todo, hombres, fumadores y personas con sobrepeso, a los que el riesgo cardiovascular les aumentaba hasta un 67% en relación al grupo anterior.
Esta investigación suiza coincide con los resultados de otro estudio anterior realizado por la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), donde vieron que las personas sanas que podían dormir una siesta de 90 minutos cada día entre las 13:30 y las 15:00, logrando aproximadamente una hora de sueño real por siesta tenía efectos negativos sobre la salud.
En concreto, hubo algunas consecuencias negativas para el sueño nocturno en términos de reducción de la eficiencia del sueño por la noche y tiempos de espera mayores hasta que las personas objeto del estudio se quedaban dormidas en la cama.
Por último, un estudio realizado por la NASA para determinar el tiempo ideal de la siesta que debían hacer los controladores aéreos determino que la duración adecuada era de 26 minutos. Con este corto periodo de tiempo, podían mejorar un 34% su rendimiento y aumentar su estado de alerta en un 54%.
Así pues, si eres de los afortunados que te puedes echar la siesta, lo ideal para tu salud, según todos estos estudios serían dos siestas a la semana como mucho y de un máximo de entre 26 y 30 minutos para llevarte todos los beneficios que puede aportar este descanso y, al mismo tiempo, que no te perjudique a la hora de dormir por la noche. ¡Dulces cabezaditas!