¿Te acuerdas de Papuchi, el dicharachero padre de Julio Iglesias? Tuvo una hija después de muerto. La engendró con 89 años, aunque no llegó a conocerla (esa niña, de 13 años hoy, es por cierto hermana del celebérrimo cantante). El doctor Iglesias Puga podría erigirse de pleno derecho en el ídolo de aquellos varones que anhelan ser padres en el otoño de sus días. Fue a la paternidad tardía lo que Michael Jordan al baloncesto. Como todos sabemos, a diferencia de las mujeres —quienes alcanzada la menopausia ven derogada su procreación—, los hombres pueden concebir en cualquier etapa de su vida. Pero, ojo, a diferencia de lo que se suele creer, no quiere decir que dicha facultad se mantenga inalterada con el paso de los años. La edad del padre también importa para la salud del feto.
De hecho, ese desgaste desmonta la vieja idea de que el tiempo solo castiga a las mujeres. La menopausia era vista hasta hace poco como la etapa en la que las mujeres dejan de cumplir con su supuesta misión en el mundo (dar a luz) y, por tanto, suponía algo así como su entrada en la vejez. Pero lo cierto es que, aunque de otro modo, el calendario también afecta a los hombres. La ciencia lo tiene cada vez más claro. En 2015, una revisión de la literatura científica sobre el tema confirmó la existencia de la andropausia o el hipogonadismo (deficiencia en la producción de esperma o en los niveles de testosterona), asociados a la edad.
Con los espermatozoides ocurre como con los ojos: ver, seguimos viendo, pero a partir de cierta edad leer el prospecto de un medicamento es tarea casi imposible. El doctor Manuel Alonso-Isa, urólogo especialista en andrología y cirugía reconstructiva del Hospital Universitario HM Puerta del Sur, lo explica así: "Con la edad, la calidad del esperma puede decrecer, sobre todo por la disminución del número de espermatozoides, la disminución del número de formas móviles y el aumento de las inmóviles, lo que provoca una disminución de la fertilidad natural".
Pero ¿por qué afecta la edad a la calidad? "Cuando se envejece se produce una involución fisiológica de los testículos", señala el especialista. "En los jóvenes, las concentraciones de testosterona libre y testosterona total son más altas comparadas con población anciana, donde este descenso conlleva el incremento de Hormona Luteinizante (LH) y Hormona Foliculoestimulante (FSH). Al tiempo se observan cambios en el metabolismo enzimático androgénico y un descenso en el número de receptores de dihidro-testosterona". Dicho llanamente, nuestros espermatozoides también empiezan a tener achaques.
Una revisión de los estudios hasta ahora publicados sobre el tema sugiere que los varones de 50 años, en comparación con los de 30, tienen entre un 3% y un 22% menor movilidad seminal y entre un 4% y un 18% menos de espermatozoides morfológicamente normales.
Pero que estos bichitos pierdan fuelle no solo se debe a causas naturales. El estilo de vida influye, así como el entorno. Otro especialista, el doctor Javier Romero-Otero, jefe del Servicio de Urología y director de la Unidad de Andrología y Cirugía Reconstructiva del área genitourinario de los hospitales universitarios HM Montepríncipe y HM Puerta del Sur, apunta estas causas: "La contaminación ambiental, radiaciones, fármacos (estrógenos o disruptores hormonales), tabaco, alcohol, obesidad, sedentarismo, malnutrición y estrés". Y añade: "El calor intenso también puede afectar a la calidad del semen y a su capacidad reproductiva, siempre y cuando se produzca de manera muy continuada. Varios estudios han demostrado que algunas profesiones que comportan trabajar a una temperatura elevada pueden provocar una reducción de espermatozoides". Si tienes 60 años y curras en un horno, lo tienes crudo.
Por suerte, hoy los 60 son los nuevos 30 (más o menos), y en la actualidad un hombre que ronde la edad de jubilación tiene más probabilidades de disfrutar del nacimiento de un hijo que hace unas décadas. La esperanza de vida es mayor, y es más fácil llegar a una edad avanzada con buena salud. De todos modos, el doctor Alonso-Isa aporta unas recomendaciones que favorecen la reproducción. Entre ellas, "evitar el sobrepeso, el sedentarismo y el estrés, llevar una dieta variada y sana (las frutas y verduras, ricas en antioxidantes, pueden ayudar a mejorar la salud de los espermas), no fumar y limitar el consumo de alcohol".
Y una buena noticia: tener mucho sexo ayuda a que los espermatozoides estén en forma. Un estudio español, publicado en Fertility and Sterility, concluyó que si los ciclos de abstinencia eyaculatoria se acortan, se reduce la proporción de espermatozoides con ADN fragmentado. "Si se transmite ese tipo de ADN se acrecienta el riesgo de pérdida del embrión", explica el doctor Alonso-Isa. "Por lo tanto, mantenerse sexualmente activo y aumentar la frecuencia eyaculatoria, mediante la masturbación en solitario o manteniendo relaciones sexuales en pareja, aumenta la calidad de los espermatozoides". Si es que ya se sabe: sexo es vida.