En la consulta no deja de sonar el teléfono. Septiembre es temporada alta. Los colegios han empezado, el tráfico está de vuelta e inevitablemente el verano llega a su fin. Atrás quedan los largos días al sol, que han dado paso a las visitas al dermatólogo por esas nuevas manchas que han aparecido ahí, justo donde no querías, en mitad de la cara, en las manos o en el escote. No te asustes, la mayoría no son malignas, pero sí debes revisártelas. Hemos hablado con el doctor Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral para que nos aclare las dudas asociadas a esta nuevas amigas que están en tu piel desde no hace tanto.
Las manchas son pequeñas áreas hiperpigmentadas que aparecen en las partes del cuerpo que están normalmente expuestas al sol. "La piel de cada paciente es un mundo. Influyen en ella factores genéticos y también externos, de hábitos. Aun así, por norma general están asociadas al envejecimiento y de la piel y empiezan aparecer a partir de los 40 o 50 años", explica el doctor. Por lo tanto debes saber que hay pieles con poca exposición solar y oscuras por naturaleza en las que la aparición de manchas es mucho menos frecuente que en aquellas claras y expuestas.
Suelen aparecer por un aumento en la producción de melanina, un protector solar natural que defiende a la piel de los rayos UV nocivos. Son lesiones que aparecen en un determinado momento pero que en su mayoría son benignas.
"No obstante visitar al dermatólogo cuando hay algo inusual en la piel es fundamental. Nosotros solemos decir que cuando aparece un 'patito feo' en el cuerpo es importante que se analice por un experto. La prevención es fundamental y una revisión anual debe estar en todos los calendarios", apunta Sánchez Viera.
En muchas ocasiones diferenciar las manchas a nivel usuario es algo muy complicado por eso el director de IDEI habla de tres tipos generales. "Por un lado están los léntigos que son las más frecuentes. Son marcas marrones, oscuras y pequeñitas que aparecen en cara, escote, manos y piernas. Por otro lado está la queratosis que son marrones más claras, escamosas y que con los años pasan a elevarse. Estas son las más asociadas al envejecimiento. Por último hay que hablar de los lunares, los cuales es importante estudiar y observar su evolución".
Una vez identificadas las manchas y siempre hablando de aquellas que son benignas, hay varias formas de actuar. Por un lado está la naturalización de la mancha, entenderla como una nueva parte de ti que está asociada a los años y a la experiencia vivida. Pero en muchas ocasiones esto resulta verdaderamente complicado y se suele tender a camuflarlas.
Para ello el director de IDEI recomienda el uso de láser. "Hay de diferentes tipos dependiendo de la zona y el tamaño de la mancha. Los láseres fraccionados con los que más se utilizan para pieles con signos de la edad porque además ayudan a disimular arrugas", cuenta.
"Además, son tratamientos poco agresivos, que no requieren que el paciente abandone su vida diaria, simplemente que antes y después del tratamiento se proteja del sol. Solo en algunos casos en los que la zona tratada es muy oscura y grande, hace falta un láser de mayor potencia que requiere un par de días de descanso en casa, pero no es lo común", añade.
A estas alturas probablemente eches en falta las famosas cremas despigmentantes, que en algún momento, todos hemos probado si de camuflar manchas se trata. "No hay ninguna crema que elimine las manchas", aclara Sánchez Viera. "Los fotoprotectores y despigmentantes llevan principios activos que sirven para prevenir que aparezcan lesiones en la piel y se retrase la pigmentación, pero aplicándolos no te va a desaparecer", cuenta.
Para concluir el doctor quiere hacer un llamamiento para que se acuda al médico cuando "aparecen manchas que antes no existían, cambian de color y oscurecen o aumentan en número y tamaño".
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