La menopausia es un momento de la vida de las mujeres que llegará antes o después a cada una de ellas. Mientras que en unas se adelanta su aparición, en otras puede retrasarse unos años hasta que dejan de menstruar. Son muchos los factores que pueden hacer que la menopausia llegue antes o después o que sus síntomas sean más pronunciados en unas mujeres que en otras. Aún así, son muchas las que sufren la llamada menopausia precoz, la que aparece a los 45 años o antes, una menopausia temprana que podría producirse tras superar un cáncer de mama.
Según indica la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) la menopausia podría inducirse por la quimioterapia, pues este tratamiento “provoca alteraciones en los ovarios que pueden llevar a la ausencia de menstruaciones de forma transitoria o permanente, induciendo en este caso la menopausia”. De todas formas, la entidad recalca que la edad de la mujer tiene mucho que decir frente a la aparición de la menopausia precoz provocada por la quimioterapia. Tal y como exponen sus datos, el 40% de las mujeres menores de 40 años y el 76% de las que superan esas edad podrían desarrollar la menopausia por el tratamiento de quimioterapia.
Aún así, al AECC recalca que la menstruación podría recuperarse tras acabar el tratamiento, especialmente en mujeres jóvenes de menos de 40 años, pues entre el 40% y el 50% de ellas pueden volver a menstruar. Justo lo contrario ocurre con las que superan los 40 años, pues las posibilidades de volver a regular su función ovárica se reducen a, como mucho, un 11%. Cabe destacar que además de la quimioterapia, una cirugía de extirpación de ovarios, la radioterapia en la zona de la pelvis o una terapia hormonal también pueden producir una menopausia temprana.
Pero si le damos la vuelta a la tortilla, justo en el caso contrario, la AECC señala una ventaja de la menopausia precoz cuando esta aparece sin haber sido inducida por un tratamiento de quimioterapia. Tal y como señalan, la menopausia temprana podría ser “un factor protector de padecer cáncer de mama”, ya que se reduce bastante el riesgo de presentar esta enfermedad frente a las mujeres a las que se les presenta la menopausia una vez superados los 45 o ya entradas en los 50.
Los síntomas que se producen cuando aparece la menopausia precoz no difieren de la menopausia normal. Uno de los más notables son los sofocos y la sudoración, especialmente durante las noches. Además, la caída de los niveles de estrógenos provoca que el suelo pélvico se vea notablemente debilitado, de forma que su síntoma más palpable sea la sequedad vaginal, que puede dificultar las relaciones sexuales pero también llevar a una infección de orina u otros problemas de micción.
El deseo sexual suele verse mermado durante esta etapa de la vida de la mujer, a lo que se le suele acompañar de ciertos efectos psicológicos por las alteraciones del estado de ánimo, problemas para poder dormir o incluso episodios depresivos. Pero sin duda, uno de los problemas a los que más atención hay que prestar es a la debilitación de los huesos, que poco a poco va provocando la osteoporosis y hace más posible una fractura ósea ante cualquier golpe.
Para poder combatir la sintomatología son muchos los diferentes tratamientos que se pueden recetar por parte de los especialistas dependiendo de la gravedad de los mismos y cómo afecten a la calidad de vida o al día a día de la mujer. Por ello, uno de los más indicados suelen ser los hidratantes o lubricantes vaginales que consigan revertir la sequedad vaginal, aunque lo indicado es primero consultar al especialista sobre qué lubricante podría ser mejor en cada caso.
En cuestiones psicológicas se aconseja intentar seguir unos hábitos o rutinas de sueño así como evitar situaciones de agobio o estrés, además de que el ejercicio físico, siempre adecuado a las condiciones de cada una, serán de gran ayuda. Los ejercicios Kegel también pueden ser grandes aliados para lograr fortalecer tu suelo pélvico y evitar problemas de orina.
De todas formas, en cada caso el especialista podrá recetar ciertos tratamientos farmacológicos dependiendo de la sintomatología que se presente. Por ello en ciertos casos se puede aconsejar una terapia hormonal, que no siempre está aconsejada, o fármacos antidepresivos. Así mismo, en caso de que la pérdida ósea sea muy pronunciada, también podrán recetarse medicamentos para reforzar tus huesos.