Hay un optimismo generalizado a raíz de la llegada de las vacunas. No es para menos, teniendo en cuenta el año que hemos pasado. Con el aterrizaje de las primeras dosis de Pfizer/BioNtech en Europa, el horizonte pandémico comienza a verse un poco más claro. O al menos, sus consecuencias más duras y directas. Pero ello no significa el fin del coronavirus per se. Quizá podamos controlarlo y limitar su incidencia sobre la vida humana, pero parece que no nos vamos a librar de él definitivamente. O al menos, eso dice la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En una rueda de prensa, el doctor Mike Ryan (55 años), una de las caras visibles de la OMS desde que dio comienzo la pandemia, ha mostrado cautela frente al júbilo desatado por la llegada de las vacunas y ha alertado de que uno de los escenarios más probables es que el coronavirus se convierta en "otro virus endémico" como la gripe. Es cierto, no obstante, que se podría llegar a un nivel de amenaza "muy bajo" gracias a los programas globales de vacunación, cuyo desarrollo podría frenar la transmisión comunitaria. Con ello, se podría volver a la vida prepandémica. Pero de erradicarlo nada, al menos por el momento.
Como ha pasado con otras enfermedades, la vacuna es un instrumento importante para luchar contra la pandemia, pero no la panacea. En ello ha querido insistir Ryan, que ha declarado que aunque una dosis tenga una eficacia alta, no significa "la eliminación o erradicación de una enfermedad infecciosa", una opinión que se viene reforzando desde el pasado mes de mayo. Entonces, la OMS ya empezaba a hablar acerca de la posibilidad de que la COVID-19 se convirtiese en un virus "endémico", pese a que el tono de entonces, como el de ahora, era condicional.
Sin embargo, Ryan dejó claro entonces que se trataba de un escenario más que probable. "Creo que es importante ser realistas. No creo que nadie pueda predecir cuándo desaparecerá esta enfermedad", dijo en aquella ocasión. "No hay promesas ni fechas. Esta enfermedad podría quedarse por mucho tiempo, o no", vaticinó el especialista médico en uno de los 'briefings' que realiza la OMS para actualizar la información acerca de la pandemia.
Lo que sí parece claro es que la mascarilla ha venido para quedarse. Al menos, durante algún tiempo más. Las previsiones del Consejo Interterritorial de Salud no son nada halagüeñas: los cubrebocas podrían quedarse, como mínimo, durante todo el año 2021. Y no son los únicos que señalan este hecho: también los expertos médicos e investigadores especializados en la materia.
Margarita del Val, investigadora científica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), avisó hace unos meses de que los cambios en el estilo de vida tampoco acabarán en la Navidad del próximo año. "Hay que acostumbrarse a llevarla (la mascarilla) y tomar un par de medidas más, durante un par de años e integrarlas en nuestra vida. Lo superaremos, pero esto no es una carrera de 100 metros, es una maratón", vaticinaba la especialista en una entrevista con MarketWatch el pasado mes de noviembre.