277.234. Es el número de tumores que se diagnosticaron en España el año pasado, según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)y que convierten al cáncer en la segunda causa de mortalidad en nuestro país, después de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, el mismo informe revela que la supervivencia a esta enfermedad ha aumentado, concretamente se ha multiplicado en los últimos 40 años y esto es gracias a los avances en diagnóstico, a los programas preventivos de detección y a los nuevos tratamientos disponibles. Este conjunto de parámetros ha ayudado también a la metástasis, la expansión de los tumores por el cuerpo, tenga mejor pronóstico. Hablamos sobre ello con el doctor Enrique Grande, jefe del servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid.
La metástasis es la expansión a distancia de un tumor primario. "Durante el proceso de crecimiento de este, algunas células adquieren la capacidad de aislarse del resto de su entorno, moverse a través del órgano en el que están creciendo, penetrar en los vasos sanguíneos o linfáticos que tengan a su alrededor, sobrevivir durante el trayecto, y penetrar en otro órgano, donde el tumor crece y vuelve a desarrollarse", explica el doctor.
Sin embargo, las metástasis no siguen ningún patrón determinado lo que implica un peor pronóstico para los pacientes que lo desarrollan. "La mayoría de los pacientes con un cáncer acaban falleciendo, no a consecuencia del tumor primario, sino a consecuencia de las metástasis originadas en ese tumor. Esas metástasis van ocupando órganos vitales como el hígado o el pulmón, que es lo que finalmente acaba con la vida del paciente", apunta Grande.
Lo que sí que es cierto es que cada tumor tiene unas áreas en las que la metástasis se desarrolla con más frecuencia. En el caso del tumor de tiroides, suele ir hacia los ganglios del cuello y los pulmones. En el de próstata, las zonas afectadas suelen ser los ganglios y los huesos.
"Aunque, como hemos comentado no existe un patrón establecido, sí hemos visto una evolución con los años. Por ejemplo, en el cáncer de mama es raro que se desarrollen metástasis ya que las mujeres son muy disciplinadas a la hora de las revisiones y se consigue una detección muy precoz. En el extremo opuesto se encuentra el de riñón. En este caso la metástasis aparece entre el 30 y el 50% de los casos".
Si hablamos de cáncer, cada tumor es un mundo. Pero existen algunos, como los de testículos y ciertos tipos de hematológicos, que son especialmente sensibles a los tratamientos y eso significa que, con los fármacos que tenemos, podemos conseguir remisiones completas. En otros casos la cirugía puede conseguir eliminarlos completamente pero el riesgo de que vuelvan a aparecer es elevado.
"Afortunadamente tenemos un concepto muy nuevo que es la inmunoterapia y los resultados son muy positivos. Estos tratamientos no van dirigidos al tumor como tal, sino que estimulan el sistema inmune para que sean las propias defensas las que reconozcan al tumor allá donde se encuentre y acaben con él", comenta el doctor.
Este tipo de tratamiento ha conseguido un cambio radical tanto en el mundo de la oncología como en la esperanza de los pacientes. "El cáncer renal es uno de los que mejor responden a este tratamiento. El 11% de los pacientes que lo sufren y son tratados con inmunoterapia se recuperan al 100%. Gracias a este tratamiento a día de hoy, podemos decir, con todas las letras, que la metástasis no es sinónimo de muerte", asevera el jefe de servicio de MD Anderson.
La inmunoterapia no suele ser la única vía de tratamiento, por lo general se combina con quimioterapia e incluso con otros tipos de inmunoterapia. "Desafortunadamente no hay un biomarcador que nos ayude a predecir la respuesta que va a tener el cuerpo a la medicación. Nos solemos basar en factores pronósticos, es decir, pacientes con un mejor estado general, que tienen menos carga de enfermedad, con una carga de una determinada proteína alta, suelen responder mejor, pero hay casos que es totalmente lo contrario. Todavía no tenemos un arma fiable que nos ayude a predecir la respuesta de los pacientes".
Cuando un paciente que tiene cáncer descubre que empieza a padecer una metástasis el mundo de le viene abajo. El doctor Grande nos cuenta que primero se produce una negación. "El enfermo piensa que el TAC está mal o que nosotros, los médicos, nos hemos equivocado. Después de explicárselo y empatizar con ellos viene la fase de comprensión: qué es lo que tengo, qué opciones hay…". Por último, se pasa a la etapa de expectación, en la que se preguntan cómo va a reaccionar su cuerpo a la medicación.
Aunque parezca curioso, los pacientes cuando se enteran de que tienen metástasis no sienten miedo a priori, la incertidumbre los inunda. "La mayoría de los pacientes no muestran miedo por sí mismos, están más preocupados por el entorno que por ellos. Qué dejo, qué no dejo, qué cosas tengo por hacer, qué papeles tengo que arreglar, piensan en sus sueños, planes, expectativas… Por eso, nuestro apoyo desde el centro y el de sus familias es fundamental para poder llevar el tratamiento de la mejor forma posible”, concluye Grande.