Seguro que lo has hecho. Has ido a prepararte un té y has puesto agua caliente del grifo. O quizá tenías prisa para que el de la olla llegase a ebullición. No lo vuelvas a hacer. Esta práctica, aparentemente inocua e inofensiva, supone un peligro para tu salud. No lo decimos nosotros, lo hacen los expertos. Hablamos con Joan Grimal, investigador del Instituto del Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua para que nos explique qué problemas puede acarrear.
"Es importante partir de la base de que siempre que utilicemos agua del grifo sea fría y si es necesario calentarla, que se haga en un recipiente preparado para ello", asevera Grimal. La razón es sencilla. Si el agua que pasa por las tuberías está ya caliente puede arrastrar y disolver materiales de estas que no llegan a eliminarse al llegar a ebullición. "Así, en general, en el agua fría habrá menos contaminantes que no tomando agua caliente que ha pasado por algunas tuberías disolviendo componentes tóxicos".
El peligro de esta práctica depende mucho del sistema de tuberías de tu casa o edificio. "Las instalaciones más antiguas ser todavía de plomo y son las que más riesgo presentan", afirma el experto. En Madrid, por ejemplo, se estima que el 10% de las tuberías de la ciudad siguen siendo de plomo. "Es un metal neurotóxico que provoca anemias y se acomoda en los huesos. Por lo tanto, los casos en los que la casa tiene tuberías de plomo, el peligro es mayor".
La normativa permite un máximo de 10 microgramos de plomo por litro para que el agua sea apta para el consumo. "Si en una casa existen tuberías de este material es fácil superarlo”, asevera. Pero, ¿qué ocurre si la instalación es de otro material? Cuando hace 30 años se empezaron a cambiar las tuberías de plomo se instalaron de cobre. "Este material se disuelve menos con el agua caliente pero también lo hace. Al igual que el PVC, que también suelta monómeros de policloruro de vinilo que no es tan tóxico como el plomo pero que si uno se lo puede ahorrar es mejor", asevera.
Tranquilo. Por mucho que tus tuberías sean de plomo, "este metal se absorbe por la piel es cantidades ínfimas. Muchísimo menores que si te lo tomas, es prácticamente insignificante", aclara Grimal. Por lo tanto no debes preocuparte a la hora de ducharte porque tu salud no corre ningún riesgo.
El experto nos pide que no creemos alarma, que el riesgo de beber o cocinar con agua caliente del grifo depende, sobre todo, de las veces que lo hagamos. Que por haberlo hecho en un par de ocasiones no es un problema. "Tenemos que pensar que la toxicidad está en la dosis y que a niveles muy bajos no tiene efecto alguno en el organismo", concluye.