Gibraltar acaricia la normalidad. Con el 98 % de los mayores de 60 años con las dos dosis inoculadas, parece que la pandemia comienza a estar bajo control en el Peñón. La población -unas 32.000 personas residentes y 14.000 transfronterizos, que también han sido vacunados- comienza, en consecuencia, a respirar sin mascarilla por la calle. Allí, el cubrebocas solo es obligatorio en tiendas, comercios, transporte público y entierros. Restaurantes abiertos, calles animadas, nula presión hospitalaria... La vida 'precovid' está más cerca que nunca en una región en la que el 85 % de la población menor de 60 años también está inmunizada con las dos dosis.
Hablamos con Samantha Sacramento, abogada y ministra de Salud de Gibraltar que este año cumple 44 años, para que nos cuente cómo se ha organizado la campaña de vacunación, qué dosis se han ido administrando y cuál es el ambiente que se respira en una zona en la que, desde el gobierno, se asegura que la campaña de vacunación terminará a finales de mayo. "Después de esto, ya no hay más nada que podamos hacer".
¿Cuándo empezó la campaña de vacunación?
La primera semana de enero. La vacuna llegó el sábado 9 por la noche a través del gobierno del Reino Unido en avión, en medio de una tormenta tremenda. Estaba todo el mundo atento, pendiente de que aterrizara. A las 8 de la mañana del domingo, empezamos a vacunar al personal clínico, médicos y enfermeras, en hospitales y residencias. El día siguiente comenzamos con la vacunación de la población, empezando por la persona más mayor, de 100 años. Desde entonces, hemos puesto 66.000 dosis de la vacuna en Gibraltar.
Ahora estamos terminando. Hemos seguido la orden de prioridad igual que en Reino Unido -personas vulnerables y colectivos esenciales-. Estamos terminando, ya hemos anunciado esta semana que cerramos la lista de vacunas este viernes y terminaremos el programa de vacunación a final de mayo. Casi todo el mundo en Gibraltar está vacunado. Recibiremos vacunas este viernes (23 de abril) y estamos esperando que nos lleguen más en las próximas semanas, pero después de esto ya no harán falta más.
¿Qué dosis han utilizado?
Hemos utilizado Pfizer. También tenemos la Astrazeneca, que utilizamos cuando a una persona no se le puede poner la Pfizer por alergias o cualquier otra circunstancia. Lo hemos hecho por edades: la población de mayores de 60 años está vacunada al 98 %, y el resto de población al 85 %.
¿En qué casos es obligatoria la mascarilla?
La mascarilla es obligatoria en hospitales. También en residencias, en el interior de las tiendas y en el transporte público, y en entierros, porque hay suele haber personas mayores y se suelen abrazar.
¿Cómo es la relación con los españoles que van todos los días allí por trabajo? ¿Les están vacunando?
Sí, ellos son los transfronterizos. Por ejemplo, si trabajan en el hospital como médicos, fueron vacunados el primer día. También hemos dado prioridad a otros trabajos, como las peluquerías, porque va mucha gente mayor. En este momento hay 7.800 transfronterizos con la primera dosis y más de 4.000 con las dos. Reciben Pfizer, salvo que tengan alergia o haya una razón clínica; entonces, les ofrecemos Astrazeneca. No tiene que ver si son residentes o transfronterizos: nosotros hemos ofrecido Pfizer a todo el mundo porque es la vacuna que tenemos.
¿Cómo funciona su sistema de rastreo?
Tenemos un sistema organizado. Supongo que al ser un lugar más pequeño, lo hemos tenido muy controlado. Lo que hemos hecho es crear un departamento que se dedica exclusivamente a esto. Cuando alguien da positivo, tenemos un sistema que nos pone en contacto con la gente y, en función de cada caso, recomendamos cuarentena.
La razón por la cual lo tenemos controlado es que, en el caso de tiendas o restaurantes, siempre hemos requerido la condición de permiso de que haya un sistema que tome el rastro a todos. De esa forma, nos hemos puesto en contacto si alguien ha dado contacto en positivo.
¿Tienen algún tipo de pasaporte de vacunación para acceder a determinados lugares?
No. Nosotros no pedimos que la gente esté vacunada, salvo a aquellos que quieran visitar a enfermos en los hospitales. No lo exigimos para ir a restaurantes, bares, teatro... Porque ya tenemos un porcentaje tan alto que hemos alcanzado la inmunidad. Asumiendo que todo el mundo está vacunado, no hace falta que estés vacunado.
¿Cuáles son las restricciones para la hostelería? ¿Y el ocio nocturno?
Abrimos los restaurantes, de día y de noche, el pasado 1 de marzo. Desde entonces han permanecido abiertos y hemos ido levantando las restricciones. Ahora, ya casi no hay. De momento, la única es que los camareros tienen que utilizar mascarillas. Hemos tenido un solo caso hospitalizado en cuatro semanas: si seguimos así, esta restricción también la levantaremos.
¿Cree que harán falta más restricciones en un futuro?
Si seguimos como vamos, no. La única restricción nueva sería a partir del mes que viene, si llega la posibilidad de volver a recibir turismo. Miraríamos en qué condiciones tendría que volver para que sea seguro.
¿Qué atmósfera se respira en Gibraltar? ¿Está la gente más feliz?
Yo creo que sí. La gente se siente feliz, más libre. Cuando empezamos la vacunación, llamamos a la campaña 'operación libertad'. Creo que se puede notar que la gente respira con más tranquilidad. Se siente que tenemos más libertad.
¿Cómo están las calles y los bares?
Los bares están llenos. Yo no suelo ir mucho, pero cuando he salido a cenar, los he visto bastante llenos. Nosotros tenemos más restaurantes que bares, pero se puede ver ambiente en ellos. Se nota que la gente está saliendo. Las discotecas, de momento, siguen cerradas.
¿Han vuelto los besos y los abrazos?
El contacto humano ya ha empezado. A nivel psicológico, estábamos muy acostumbrados a lo contrario, por haber pasado un año donde nos han inculcado el mensaje de que no nos debíamos acercar... Todo el mundo estaba preocupado. Aquí, el consejo sigue siendo el de mantener la distancia de seguridad, pero vamos, ya conforme estamos... Ya no hay más nada que podamos hacer. Todo depende de a quién vayas a abrazar (risas).