La llegada de 13 millones de vacunas de Pfizer a lo largo de esta semana supondrá un fuerte avance para la vacunación. Tras el primer fin de semana completo sin estado de alarma, los españoles hemos dejado claro que tenemos ganas de salir, viajar y recuperar, poco a poco, toda la libertad que el coronavirus nos ha robado. La ocupación ha alcanzado el 60% en los destinos de costa y en ciudades como Ávila rozaba el 100%. En medio de esta nueva realidad y a colación del agobio que supone el empleo de la mascarilla con las altas temperaturas, algunas comunidades empiezan a hablar sobre la posibilidad de dejar de usarlas, al menos en los espacios abiertos, de cara al verano. Te contamos qué dicen los expertos y qué está ocurriendo en otros países.
Como dijo el mismísimo Fernando Simón en una entrevista con Jordi Évole,"no es cierto que sea necesario que todo el mundo la lleve" y esta misma semana ha abierto la puerta a la esperanza, "es posible que no en muchos días su uso en exteriores se pueda reducir, cuando garanticemos que los riesgos están bajando". Lo que sí parece imprescindible es que el contagiado lo haga y, como hay tantos asintomáticos, los expertos recomiendan que hasta que el número de vacunados sea representativo, todos nos la pongamos. Son un símbolo de que la pandemia sigue aquí, de la nueva realidad a la que poco a poco nos hemos ido acostumbrando, pero a la que, a la vez, no debemos perderle el miedo.
Ha pasado un año y medio ya desde que empezamos a oír una cantidad ingente de términos que ya tenemos interiorizados y a los que hemos sumado en los últimos meses dos: ARN mensajero y adenovirus. Son los que hacen referencia a los tipos de vacunas que, una vez se inyecten las suficientes para la inmunidad colectiva, harán que olvidemos esta pesadilla. Pese a que todavía queda tiempo para eso, una de las primeras cosas de las que nos podremos despedir es de las mascarillas, que irán desapareciendo gradualmente.
Rafael Begoa, exdirector de la OMS, aseguraba esta misma mañana en el programa de Ana Rosa que, aunque por precaución deben mantenerse durante las próximas semanas, en verano podría dejar de ser obligatoria en exteriores, playas, terrazas o espectáculos deportivos. La estimación para que esto empiece a pasar, mirando lo ocurrido en otros países, es de unas ocho semanas. "Hay que mantenerla durante un mes y medio y luego tener un verano sin mascarillas en exteriores". Es decir, que para finales de junio o la primera quincena de julio debería aliviarse el listado de situaciones en las que sea obligatoria.
Algunas comunidades como Galicia o Cataluña han puesto esta cuestión sobre la mesa en los últimos días. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se ha mostrado convencido de que a partir de julio se podrá dejar de usar en su comunidad, eso sí, solo al aire libre. Marc Ramentol, secretario general de la Consejería de Salud catalana, también ha señalado que, sin duda, "será un debate que tendremos sobre la mesa en las próximas semanas en función de este conocimiento adquirido en otros países y de la evolución de la pandemia".
Pese a que la vacunación avanza a buen ritmo, otros países como Reino Unido, Israel y que nos puede hacer imaginar cómo será aquí la vida con un número alto de inmunizados. Precisamente en estos tres destinos están disfrutando de los primeros días sin mascarilla. El presidente norteamericano, Joe Biden, decretaba esta semana que todos aquellos que tuviesen la pauta completa podrían dejar de usarla, incluso aunque no se respetase la distancia de seguridad con otras personas.
El mismo escenario se está viviendo en Reino Unido e Israel, los ciudadanos de ambos países ya no tienen que utilizarla por la calle y los israelíes vacunados, incluso pueden ir a eventos multitudinarios como si la vieja normalidad se tratase. Algunos de nuestros países vecinos como Dinamarca, Finlandia o Alemania ya han anunciado la relajación de su uso a corto plazo y otros, como Islandia, Nueva Zelanda o Australia, la tienen totalmente olvidada.