Ahora que estás de vacaciones probablemente le estás dedicando mucho más tiempo que antes a una comida que hacías a toda prisa y que, como te han dicho desde pequeño, es la más importante del día. Con tiempo suficiente puedes hacer algo más que tomarte un café a toda prisa en el desayuno, como prepararte unas frutas, algún zumo o unas tostadas para añadirles lo que más te gusta. Eso sí, vigila estar bien despierto para que no se te quemen, ya que no solo tendrá un sabor desagradable, también puede afectar a tu salud.
La alimentación hay que cuidarla para comer alimentos siempre en buen estado y evitar así que afecten negativamente a nuestro sistema digestivo. Eso es lo que pasa cuando un alimento se calienta más de lo debido y acaba quemado. Habrá a quien el regustillo a quemado le guste, no decimos, que no, pero cuidado, porque es perjudicial para tu salud.
Esto pasa cuando se te quema un sofrito o la tostada del desayuno que te comes por la pereza de no hacerte otra. Todo viene por la acrilamida, una sustancia química que está presente en los alimentos con almidón y se calientan a altas temperaturas. Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) señala que está presente de forma natural en una gran cantidad de alimentos.
Las recomendaciones principales pasan por reducir la presencia de esta sustancia en nuestros alimentos porque, en los casos más graves, su efecto puede llegar a provocar tumores. No obstante, eliminar la acrilamida de los alimentos es una tarea prácticamente imposible, pero si no nos pasamos con el tiempo de cocción vamos a evitar su mayor presencia.
Por eso mismo, y aunque aún sigas algo dormido, no dejes que tus tostadas salgan negras como el carbón, con un tono dorado es suficiente. Y, en otros casos como con la carne, lo ideal es que no la lleguemos a churruscar. En el caso de carnes a la brasa no hay que dejar que la pieza entre en contacto con las llamas, que es cuando aparecería a la acrilamida por la grasa que ha goteado y se ha quedado en las llamas y que, al ascender, se quedan en la carne.