Temperaturas de más de 40 grados, en algunas zonas de España incluso por encima de los 45 grados en las horas centrales del día. La nueva ola de calor no solo ha llegado fuerte, también con ganas de quedarse. Son ya varios días los que casi la totalidad de los españoles llevan viviendo esta situación que pretende alargarse, al menos, hasta el fin de semana. Y no es que haya aguantar las altas temperaturas durante el día, también por la noche, complicando ese placer llamado dormir. Por ello, entre otras cosas, es probable que te sientas más irritado estos días, con el mal humor apoderándose de ti. ¿Es normal? ¿Realmente nos pone de mal humor el calor?
Es cierto que cuando sale el sol, hace bueno, puedes pasear por el parque o irte a la playa el tiempo saca nuestro mejor lado, pero ahí hablamos de un calor moderado que nos anima, un clima agradable que nada tiene que ver con el impacto que temperaturas extremas tienen en nuestra conducta. Al final el calor nos hace estar más incómodos, nos quita ganas de hacer cosas y nos provoca desgana, sumando la falta de sueño por las noches tropicales.
Dormir mal una noche le ha pasado a todo el mundo, pero en la ola de calor las altas temperaturas nocturnas se prolongan durante varios días impidiendo un buen descanso que va repercutiendo en nuestro día a día y en nuestro comportamiento. Desde Mundo Psicólogos apuntan a ellos como una de las razones para el mal humor, “las altas temperaturas y la humedad que algunas veces impregna el ambiente nos impiden dormir profundamente, llegando a provocar insomnio. Esta falta de sueño provoca irascibilidad, ansiedad, estrés, cansancio, nerviosismo, cambios de humor y malestar general”.
A este respecto, son ya varias las noches en las que gran parte de España duerme, si es que pueden, por encima de los 25 grados. Si esto ocurre un día, a la mañana siguiente estaremos cansados, pero seremos capaces de desempeñar las tareas programadas para nuestro día a día. El problema llega cuando, como ahora, es algo que se repite en bucle noche tras noche, impidiendo el descanso y reduciendo la capacidad de concentración, entre otros, con efectos negativos, por ejemplo, a nivel laboral.
El calor extremo, además, repercute negativamente en nuestro organismo volviéndonos más agresivos y violentos. Psicólogos e investigaciones apuntan a que durante los episodios de ola de calor los actos violentos aumentan, hay más crímenes, accidentes de tráfico, grescas familiares o matrimoniales, o feminicidios, entre otros. No solo eso, un estudio reciente señala que durante esta época del año crecen las visitas a urgencias relacionadas con la salud mental.
¿Qué le pasa a la mente para que actuemos de esta forma durante los episodios de calor extremo? La ciencia lleva años trabajando en explicar por qué las altas temperaturas nos vuelven más irascibles y agresivos, una respuesta que parece estar, según varias investigaciones, en la alteración de los niveles de serotonina y dopamina, neurotransmisores encargados del control de nuestro humor y estados de ánimo. Es por ello por lo que precisamente son las personas con problemas emocionales o psiquiátricos las más sensibles a las temperaturas extremas y sus consecuencias en su conducta.