Con el paso de los años no solo envejecemos por fuera, también por dentro. Nuestro organismo, como todo, se va deteriorando, es ley de vida, y quizá uno de los aspectos que más preocupa es el cerebro y la memoria, ir perdiéndola poco a poco a causa del deterioro cognitivo. Trabajando la mente se puede ralentizar ese deterioro, es la conclusión de muchos expertos, como la del neurocientífico Richard Restak, profesor de la escuela de Medicina y Salud del Hospital Universitario George Washington. El experto ha dado un total de siete trucos con los que se puede proteger la memoria del deterioro y el envejecimiento.
El New York Times ha recogido algunos de los puntos más interesantes del último libro de Restak, ‘The Complete Guide to Memory: The Science of Strengthening Your Mind’, el cual contiene diferentes herramientas para trabajar la memoria, desde ejercicios mentales hasta hábitos de sueño o cambios en la alimentación.
Según él, existen diez pecados que lleva a la pérdida o a la distorsión de los recuerdos, siete de ellos descritos por primera vez por el psicólogo Daniel Lawrence Schacter: transitoriedad, distractibilidad, bloqueo, atribución errónea, sugestibilidad, propensión y persistencia.
Los primeros los describen como pecados por omisión, un fallo al recordar una idea o un acontecimiento, mientras que los cuatro últimos son pecados de comisión, existe una memoria presente, pero no con el hecho deseado. A raíz de esto, Restak ofrece siete consejos para mantener una memoria sana.
Muchos fallos de memoria según Restak, son realmente fallos de atención, como no recordar el nombre de alguien a quien has conocido la noche anterior, impidiendo que el recuerdo se codifique correctamente en la memoria. El neurocientífico aconseja visualizar la palabra en la mente como ejercicio para trabajar la memoria.
En el día a día se puede trabajar la memoria casi de forma inconsciente, como acudir a hacer la compra con la lista memorizada, intentando no tener que recurrir al papel donde está todo apuntado, o tratar de cocinar sin seguir la receta tal y como está apuntada, entre otros.
Juegos como el ajedrez, o el famoso Wordle de los últimos meses, nos permiten trabajar nuestra mente y mantenerla activa.
Restak afirma que es bueno leer novelas, ya que cuando comienzan a haber problemas de memoria se tiende a optar por lecturas de no ficción, mientras que las novelas nos mantienen comprometidos con el texto porque hay que recordar lo que ha ido transcurriendo en la historia páginas atrás.
La tecnología nos ayuda en muchas cosas, pero en otras tantas nos acomoda demasiado, guardándolo todo en el teléfono, por ejemplo, que perjudica nuestra memoria. “¿Por qué molestarse en enfocar, concentrarse y esforzarse para visualizar algo cuando la cámara de un teléfono puede hacer todo trabajo por nosotros?”, reflexiona.
El autor resalta que existen estudios médicos que señalan que la depresión desencadena problemas de memoria, por lo que es necesaria la ayuda de profesionales para poder salir de ella y mejorar la salud de la memoria.
Olvidarse un día de algo no es preocupante, pero cada uno debe tener la capacidad de saber detectar cuándo algo no va bien y comienza a tener problemas de memoria que son importantes y deben ser tratados.