Seguro que alguna vez has escuchado eso de que los niños tienen especial predilección por sus madres y las niñas por sus padres. Esta creencia lleva instaurada años en la sociedad y está asociada al concepto de protección. Pero ¿es del todo cierta? Un estudio del British Journal of Psychology establece que el 88% de las madres encuestadas admite criar a sus hijos de forma distinta si son mujeres o varones. En esa misma investigación, casi la mitad de las participantes calificaron a sus hijos como “niños de mamá” (48%) y en un 35% a sus hijas como “niñas de papá”. Hablamos con el psicólogo Luis Miguel Real sobre esta teoría.
Fue a finales del siglo XIX cuando Sigmund Freud, junto a su teoría del psicoanálisis, empezó a hablar de esta segregación por sexos a la hora de relacionarse con sus progenitores. Seguro que alguna vez has escuchado dos conceptos de esta teoría: el complejo de Edipo, o el amor del hijo hacia la madre, y el complejo de Electra, o el amor de la hija hacia el padre.
Freud aseguraba que el primer objeto amoroso de ambos sexos (niño y niña) es la madre, después a los tres años en el Edipo, la niña cambia de objeto amoroso hacia el padre mientras que el niño permanece con la madre. "A día de hoy tanto el psicoanálisis como estos dos conceptos están bastante caducos y esas teorías de que las mujeres buscan en sus parejas a sus padres y los hombres a sus madres están totalmente obsoletas. Puede que haya rasgos que nos recuerden a nuestros progenitores, pero no los buscamos deliberadamente", nos explica el psicólogo.
La creencia de esta teoría es, por lo tanto, más un mito que una realidad y es que los vínculos que se establecen con los padres van mucho más allá y dependen de diversos factores como el tipo de familia y la personalidad de cada miembro de esta. "Que un niño tenga más o menos afinidad con el padre o la madre no va a depender de que de que tenga vulva o pene sino de las conductas de sus padres. De cómo le están educando, cómo sean las interacciones en el día a día... el niño va a tener más afinidad contigo si juegas más con él que el otro o de cómo enfocas la autoridad y la disciplina en casa", apunta Real.
El problema viene cuando son los padres los que, creyendo en la teoría freudiana, siguen estos patrones y son ellos los que condicionan (inconscientemente) al propio niño a tener un tipo de relación u otra. "Si yo soy padre y me imagino que mi hija va a quererme más a mí que su madre por el hecho de que sea chica, eso va a afectar a nuestra relación y a cómo yo me comporte con ella. Es una especie de profecía autocumplida. Por el hecho de que yo crea en eso, vaya a actuar acorde para confirmarlo", concluye el experto.