Míriam Tirado se define como consultora de crianza consciente. Y lo cierto es que con sus libros infantiles y para adultos, redes sociales, seminarios y conferencias, se ha convertido en un referente, la persona indicada para ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos e hijas. 'El hilo invisible', el álbum ilustrado más especial de la autora cuenta ya con más de 100.000 ejemplares vendidos desde su publicación en septiembre de 2020, y se ha convertido en un imprescindible en las estanterías de muchas familias. Ahora, acaba de publicar 'Me llamo Goa' (B de Blok), una guía pensada para preadolescentes y adolescentes, ayudándoles a reconocer y gestionar sus emociones. En esta obra, la autora apuesta por la ficción para relatar las experiencias que vive ahora con sus hijas y para acompañar a las familias en el desarrollo de la educación emocional en una etapa tan compleja como es la adolescencia.
¿Qué has querido contar en 'Me llamo Goa’?
Que a veces, tener doce años no es nada fácil y que a esa edad se sienten muchas cosas y pasan muchas otras que cuestan de gestionar. Quería hacer una novela realista con historias actuales y con un grupo de amigos con los que niños y niñas de hoy se sintieran identificados.
¿Qué es un ser adolescente?
Una persona en plena transformación para convertirse en el adulto que, en un tiempo, necesita ser.
¿Y un ser preadolescente?
Un niño o niña que está sufriendo muchos cambios, a todos niveles, pero de los que muchas veces todavía no es ni consciente de ello.
¿Por qué nos volvemos tan 'locos' en la adolescencia?
¿Quiénes? ¿Los adolescentes o los padres? Los adolescentes porque necesitan pasar por esta fase de romper con lo que eran antes para ocupar su 'yo' y poder hacer la transición hacia la fase adulta. Y eso no es nada fácil ni sencillo y es una buena removida en todos los sentidos. Los padres, porque tenemos miedo de perderles, o de que vayan por el 'mal camino', o de que les pasen cosas de las que no nos enteremos o que sufran y no les podamos ayudar… Eso y verles que se relacionan con nosotros de forma distinta, también nos remueve y muchas veces entramos en conflicto con ellos.
Tres cosas que siente un adolescente en 2023.
Necesidad de estar con iguales, incertidumbre por tantos cambios que sufren y bastante indignación con lo que no les gusta.
Tres cosas que sentían sus padres cuando eran adolescentes.
Yo creo que lo mismo, en eso no hemos cambiado tanto.
Tres consejos para abrir una puerta de comunicación y confianza entre esos dos modos de ser adolescente. ¿Cómo podemos abrir un canal de comunicación con nuestros hijos?
Interesarte por lo que ahora mismo le interesa. Es decir, que mostremos interés por su mundo, por sus gustos y por todo aquello que ahora le mueve.
Tres frases que es mejor no decirle y por qué.
"Ya te lo dije", "No es para tanto", "¿A ti te parece normal…?". En todas ellas hay juicio y eso nos desconecta de ellos.
¿Por qué son tan importantes los amigos?
Porque necesitan encontrarse, formar parte del grupo, encontrar su identidad y separarse del entorno familiar con el que se sentían más seguros en otra etapa, cuando eran más pequeños. Ahora necesitan mostrar que ya no son ese peque que prefería estar con sus padres, y buscan sus iguales para ello.
¿Sigue siendo traumática la separación de unos padres o no tendría ya por qué serlo tanto?
Que sea traumático o no dependerá de cómo ese niño o niña sea acompañado durante el proceso y en sus emociones. Dependerá de si expresa lo que siente y lo puede soltar o si se lo guarda, y de muchas cosas más. Lo que es seguro es que el hecho de que se te separen tus padres es una removida emocional siempre y que no es nada fácil para un niño o niña transitarlo.
¿Cómo explicar bien a un adolescente que va a tener un hermano de una nueva pareja de sus padres?
Sin miedo y explicándoselo sinceramente, conectando con lo que le queremos comunicar pero también con las emociones que él pueda estar sintiendo. Si estamos muy presentes nos daremos cuenta de cómo recibe la noticia y entonces podremos validarle y acompañarle en ello si nos deja, claro.
¿Qué papel positivo y negativo juegan la tablet y el móvil en el desarrollo de nuestro hijo?
Lo más positivo que le veo es que les ayuda a socializar y a esa edad es una necesidad tremenda. Lo más negativo, que las pantallas pueden ser adictivas dependiendo del uso que se haga de ellas, y pueden desconectarse mucho de ellos mismos y de los demás si están tooooodo el día enganchados a ellas.
¿Dónde está la línea entre poner límites al uso de pantallas y móviles, y espiar?
Yo recomiendo a los padres y madres informarse mucho, establecer controles de parentalidad y tener unas normas que tanto ellos como sus hijos acuerden para el buen uso de la tecnología y para la buena convivencia. A partir de ahí, confiar e ir revisando qué tal va cada x tiempo para ver si es necesario hacer cambios a lo acordado. Diríamos que es un 'work in progress' porque también ellos van creciendo.
Tu protagonista repite mucho 'Dame un respiro'. ¿Qué está queriendo decir con ello?
Que necesita espacio, que necesita intimidad y que tiene la sensación que todo va muy rápido y que no puede ni parar a respirar. Es muy intensa, ella.
¿Cuándo se sabe que es mejor empezar a llevarle a un psicólogo?
Yo diría a los padres que cuando algo les preocupe, consulten a un especialista y él o ella les dirá si es necesario que su hijo o hija vaya al psicólogo o busque ayuda o se están preocupando sin motivo. Ante la duda, buscar información siempre.
Dos consejos para intentar ayudarle a entender mejor la vida
Validarle lo que siente, conectar con su sentir aunque nos parezca exagerado o que no hay para tanto, y ponernos en sus zapatos. Desde la empatía, nos será más fácil conectar y luego, podremos ayudarle quizás con nuestra visión de la vida para que vea que esto que siente, pasará y que poco a poco, la irá entendiendo un poco más. A la vez, ayudarles a comprender que esto de vivir a veces no es fácil para nadie pero que aquí también está la gracia de esto que llamamos vida, porque nos obliga a aprender, a crecer y a trascender como seres humanos.