Sensojuegos o el nuevo método para no olvidar los recuerdos: "Hay que aprender a sentir"

  • Carles Bayod publica 'Cómo retener los recuerdos', donde explica cómo es posible retener los recuerdos a través de lo que él denomina sensojuegos

  • "Son juegos cuánticos que funcionan con sensaciones y le hacen un juego al cerebro al cambiar su forma lineal de funcionar"

  • "A una persona con deterioro neuronal puede ayudarle a retener sus recuerdos, actualizarlos y vestirlos con diferentes sensaciones"

Los recuerdos nos atan a nuestra vida, a todo lo que hemos pasado a lo largo de los años. Sin embargo, nuestro cerebro no es capaz de retener todos y cada uno de los recuerdos, por lo que empieza a descartar viejos para hacer hueco a los nuevos. Pero ¿y si fuese posible retenerlos? Esto es lo que intenta explicar Carlos Bayod en su libro 'Cómo retener los recuerdos', donde apuesta por los sensojuegos, según él, capaces de estimular la fijación de memoria y la retención de los recuerdos en el alzhéimer.

¿Qué son los sensojuegos?

Pero para empezar hay que saber qué son los sensojuegos. "Son juegos cuánticos que funcionan con sensaciones y le hacen un juego al cerebro al cambiar su forma lineal de funcionar por un funcionamiento holístico y cuántico", explica Bayod. "Ejercitar la memoria es fundamental, pues la inteligencia trabaja con registros de memoria, tanto antiguos como inmediatos. Pero los registros en la memoria larga son importantes porque son nuestra propia conciencia de ser. La memoria debe ejercitarse desde que nacemos para poder fijar cada etapa de desarrollo cognitivo, personal y social", expone el autor.

Tal y como Bayod señala, el funcionamiento de los sensojuegos es sencillo, "es expresar la sensación de cualquier elemento con otra sensación expresada con un soporte expresivo distinto, por ejemplo: expresar un tacto con un sonido, o la sensación de un pensamiento con un grafismo o una expresión con el cuerpo". De esta manera, señala que "al tener que expresar lo que se vive con otro medio necesitamos sentir lo que estamos viviendo, esto ya es importante, y luego, al expresarlo, fijamos la sensación de lo vivido y la archivamos como sensación en diferentes áreas de nuestro cerebro. Con lo que el archivo de la memoria actualizado es mucho más amplio y emocional, cosa muy importante para la conservación de los recuerdos".

Hablas de cuatro niveles, ¿qué diferencia hay entre ellos?

Hay un orden natural por el que se desarrollan los cuatro niveles:

  • Primero: tenemos que desarrollar nuestra capacidad de sentir y expresar sensaciones, como una gimnasia sensológica.
  • Segundo: tenemos que aprender a sentirnos en todos los niveles, cosa que sería muy difícil sin haber practicado en el primer nivel.
  • Tercero: tenemos que aprender a sentir a los demás y empatizar con ellos, cosa que sería imposible si antes no hemos aprendido a sentirnos a nosotros mismos.
  • Y cuarto: aprender a sentir el entorno. El entorno está lleno de sensaciones estéticas que muchas veces se corresponden con vivencias, recuerdos o informaciones heredadas genéticamente, que son estimuladas y rescatadas al percibir la misma sensación, formada por varios elementos del entorno combinados al azar, que juntos crean una sensación estética, que por correspondencia sensológica, estimula y rescata nuestro recuerdo o conocimiento del nivel en que se halle.

¿Cómo nos ayudan?

¿De qué manera nos ayudan a retener los recuerdos?

Al haber realizado los cuatro niveles que se indican en el libro, hemos reconstruido nuestro cerebro que ha aprendido a funcionar de forma global, holística y cuántica, con grandes paquetes de información sensológica, con la que hemos aprendido a vestir nuestros recuerdos, que han sido actualizados y distribuidos por todas las áreas cerebrales, lo que facilitará la llamada de dicho recuerdo.

¿Cómo nos pueden ayudar en nuestro día a día?

Hay que aprender a sentir, esta es la clave, y en el libro, a través de los sensojuegos de los cuatro niveles, se aprende a sentir y a desenvolverse sensológicamente en todos los ámbitos de nuestra vida. No sentir a las demás personas, a nosotros mismos o a nuestro entorno, hace que tengamos que describirlo continuamente como algo ajeno. Al describir lo cargamos de adjetivos, tanto para bien como para mal, y esta carga nos mantiene en una cárcel de alta seguridad. La empatía se convierte en un sueño imposible y la guerra es la consecuencia de nuestra incomunicación sensológica. Por tanto, lo que nos puede ayudar en nuestro día a día, es aprender a sentir un poco más. Entonces nos daremos cuenta de que hemos dejado de utilizar adjetivos y que podemos gozar del más puro de los amores; la empatía. Aparte de lo que puede influir en nuestra creatividad y en nuestro equilibrio emocional.

¿Y a una persona con Alzhéimer?

A una persona con deterioro neuronal puede ayudarle a retener sus recuerdos, actualizarlos y vestirlos con diferentes sensaciones, que se guardarán repartidos en diferentes lugares del cerebro. Por pocos recuerdos que le queden, si los vestimos con sensaciones a través de los sensojuegos, los compartirá y los vivirá más intensamente, los retendrá mejor y, sobretodo, podrá gozar, en el nivel que le permita su deterioro biológico, de si mismo, de los demás y de su entorno.

¿Le ayuda a recuperar recuerdos o a no perder otros?

Al hacer un escaneado de sensaciones por sus posibles recuerdos, puede rescatar vivencias o sensaciones de vivencias que tenía archivadas sin saber que las tenía, las cuales le pueden ayudar a salir del aislamiento que la propia pérdida de memoria comporta, al hacer que dichos recuerdos les ayuden, en lo posible, a reconstruirse como personas y, a través de los sensojuegos, volver a socializar. También, al actualizar los recuerdos y vestirlos con sensaciones, les ayudarán a archivarlos mejor y hacer sensológicamente más intenso su presente, de forma que, el recuerdo de dicho presente, quede más fuertemente archivado en su