Pensamientos rumiantes: cómo librarte de tus propios bucles

  • Los pensamientos rumiantes son ideas recurrentes, obsesivas y negativas que provocan inquietud, angustia y cansancio físico

  • La rumiación se asocia con el perfeccionismo y es considerada factor de vulnerabilidad para muchos trastornos mentales

  • Se puede acabar con estas cavilaciones en bucle con la ayuda de un psicoterapeuta y aplicando una serie de hábitos específicos

No poder dejar de darle vueltas a una serie de ideas recurrentes, obsesivas y negativas sin encontrarles solución es uno de los males más comunes de nuestra época. Son los denominados pensamientos rumiantes y, además de desencadenar emociones desagradables como la inquietud y la angustia, provocan cansancio físico.

Estas cavilaciones en bucle se suelen enfocar en estados de ánimo negativos y tienden al aislamiento social. La rumiación también se asocia con el perfeccionismo y quienes la padecen se focalizan en la discrepancia entre lo que no son y lo que, según ellos, deberían ser. No es extraño que estos pensamientos rumiantes sean considerados factores de vulnerabilidad para muchos trastornos mentales.

Los principales motivos que generan este tipo de pensamientos son los traumas físico o emocionales y los factores estresantes a los que nos enfrentamos en nuestro día a día y que no está en nuestra mano controlar. La buena noticia es que se puede acabar con este tipo de ideas obsesivas con la ayuda de un psicoterapeuta y aplicando una serie de hábitos y técnicas específicas.

Dedica tiempo a tus aficiones

Tener y practicar una afición es de las cosas más saludables que podemos mantener como hábito en nuestra vida. Tener un hobby relacionado con la artesanía, las manualidades, la lectura, la música o la costura evitará que nos alejemos de los pensamientos rumiantes si nos acosan, y nos permitirá mantener activa nuestra mente y nuestras manos.

Sal al aire libre

Relacionarse con la naturaleza, aunque solo sea en un parque, un jardín público o un espacio verde cercano en tu ciudad, tiene un gran efecto positivo en el estado de ánimo. No dudes en dar en salir de casa, tomar el aire y dar un paseo para dejar que ese pensamiento circular que te invade se evapore por sí solo.

Cuestiona los pensamientos negativos

Cuando te encuentres en un bucle de pensamientos autocríticos que te generan malestar, haz una parada de pensamiento. Utiliza una palabra como 'stop' o 'basta', cuestiónate si esos pensamientos negativos son realmente ciertos y sustitúyelos por otros más adaptativos. Verás cómo cambia tu perspectiva.

Haz ejercicio

Una de las mejores maneras de desconectar y que nuestro cerebro deje de darle vueltas a las cosas es hacer ejercicio. Pero para que funcione tiene que ser ejercicio de alta densidad, que exija tu más absoluta concentración, para que tu mente no tenga tiempo de dedicarse a otras cosas. Puedes probar la bicicleta de montaña, la escalada, el triatlón o el submarinismo.

Juega

Igual que el punto anterior, la clave es que jugar te obligue a altas dosis de concentración. Desconectar divirtiéndote contribuirá a que los pensamientos rumiantes se detengan. Puedes probar con puzles, videojuegos, juegos de mesa o juegos de construcción.