La confianza en sí mismo es una actitud que permite a las personas tener una visión positiva acerca de ellos mismos. Los individuos con una alta confianza en sí mismos creen en sus habilidades, sienten que tienen control sobre sus vidas y se ven capaces de hacer lo que planean y esperan. Esto no significa que se puede hacer todo, es más, este tipo de personas tienen también la capacidad que tener unas expectativas realistas e incluso cuando no logran algo, continúan siendo positivos y aceptan los errores para trabajar sobre ellos.
Por lo general, las personas que tienen poca confianza en sí mismas dependen demasiado de la aprobación de los demás para sentirse bien con ellos. Suelen huir de los riesgos por un alto miedo a fracasar. Las personas con alta confianza en sí mismas no necesitan de la aprobación de los demás, no obstante, no suele ser una característica que abarque todos los aspectos de la vida de una persona. Por ejemplo, una persona puede sentirse muy segura de sí misma en el aspecto personal y en lo laboral ser algo más desconfiado.
La confianza en uno mismo es una herramienta muy poderosa e imprescindible para poder desarrollar todo nuestro potencial, comprometernos con nuestros objetivos y alcanzar las metas que nos fijamos tanto en lo personal como en lo profesional. A través de estos ocho consejos podemos trabajar en la confianza personal para acercarnos a conseguir lo que nos propongamos.
La sociedad es totalmente competitiva, desde pequeños nos hacen serlo. Esto hace que de forma consciente o inconsciente nos comparemos y nos posicionemos dentro de lo que consideramos que es lo correcto o lo deficiente. El papel de las redes sociales en la actualidad también influye a la hora de compararnos, no solo con la gente de nuestro entorno, sino también con gente de todo el mundo a la que ni siquiera conocemos. Con todo esto, aquellos que no poseen confianza en sí mismos tienden a pensar que todos son mejores que ellos y se vienen debajo de manera notable. No obstante, es importante destacar que todos los individuos tienen debilidades y fortalezas, que es lo que nos hace diferentes al resto.
La confianza no es fácil de adquirir, no es como el que va y se compra un jersey, hay que trabajarla paso a paso y poco a poco, a base de repetición, ensayo y error, ya que es muy común que las cosas no salgan como nos gustarían a la primera. El éxito y la confianza en un mismo lleva años de trabajo y esfuerzo.
Los cambios pueden dar mucho vértigo, y lo más difícil de ello es dar el paso de llevarlos a cabo. Es importante ir marcándose objetivos, pequeños, una vez lo hayamos hecho, empezaremos a sentir seguridad en nosotros mismos, porque lo que estimula es vernos involucrados y comprometidos con lo que deseamos.
Un mayor conocimiento de ti mismo te hará saber cuáles son las áreas en las que más debes trabajar y donde tienes ventajas frente a otras personas. Es muy importante no menospreciar nuestros puntos fuertes porque nos resultan fáciles. Las habilidades a las que no les damos importancia pueden ser justo las aptitudes o características que pueden buscar las empresas.
No somos perfectos y es imposible alcanzar la perfección, incluso las personas más seguras de sí mismas flaquean en algún momento de sus vidas, pues los miedos existen y lo que a uno le parece un horror puede que para otro sea algo normal. Tener miedo es una manera de crecer y desarrollar nuevas habilidades. Aunque la inseguridad nos vuelve más precavidos, hay que evitar que nos paralice y nos aleje de lo que tanto se desea.
La gente tóxica puede ser un problema en la búsqueda de la seguridad en uno mismo. Hay que alejarse de la gente poco madura en el plano emocional y que necesita hundir a otros para sentirse mejor y realizado. Por el contrario, hay que acercarse a la gente que reconoce nuestras habilidades, nos ayuda a mejorar en el camino y a cofiar en uno mismo.
Para que nuestra mente funcione correctamente es muy importante tener un cuerpo sano, las terapias psicológicas por lo general se apoyan en el deporte como herramienta clave para la mejora. Al hacer ejercicio aumenta la producción de endorfinas y se reducen los efectos negativos del estrés.
El ser humano tiende a fijarse más en lo que no consigue que en todo lo que tiene a base de esfuerzo y dedicación. La idea es darle la vuelta a esa sensación y fijarse siempre en todo lo que se ha conseguido y como ha sido el camino hacia conseguirlo. Esto hará que mejoremos nuestra confianza y autoestima.