Estás en plena conversación y, cuando de repente vas a decir algo te quedas paralizado, frenas por completo porque, aunque sabes casi a la perfección lo que quieres decir, te surge un repentino bloqueo mental que te impide verbalizarlo. “Espera, que lo tengo en la punta de la lengua”, dices mientras te comes la cabeza intentando recordar una palabra o una frase que está casi ahí. Este fenómeno tiene nombre, letológica, y cuenta con una explicación científica de que nos ocurra en algún momento a todos los humanos.
Es más común de lo que creemos, seguramente te ocurre con cierta frecuencia en medio de alguna conversación, provocando en ti cierta frustración. Por eso es un fenómeno que se ha estudiado tanto desde el punto de vista neurológico como desde el cognitivo para poder darle una explicación y una razón de por qué ocurre.
Para irnos a los inicios de la letológica, el término se atribuye al psicólogo Carl Jung a principios del siglo XX, pese a que los primeros registros datarían del Diccionario Dorland Enciclopédico Ilustrado de Medicina de la edición de 1915, donde se definía a este fenómeno como la “incapacidad de recordar la palabra correcta”.
Aunque nuestra memoria es impresionante, no es una computadora con su extensa base de datos bien ordenados, por lo que recordar cada una de las palabras de nuestro vocabulario puede ser complicado, especialmente con aquellas que no utilizamos de forma recurrente en el día a día. Por eso, las que menos usamos, por mucho que las comprendamos, nos cuesta más que nos vengan a la mente.
El funcionamiento de nuestra mente es complejo y se basa en asociaciones que se van construyendo gracias a la información interconectada, por lo que recordar una palabra dependerá mucho de los patrones y asociaciones que hagamos con otra información. Es por eso que las palabras menos usadas nos cuesta más recordarlas a corto plazo porque no tienen la asociación o el enlace necesario con información importante para que sea más sencillo recuperarla y, por tanto, verbalizarla.
Por eso mismo que se nos quede una palabra en la punta de la lengua es algo normal y que ocurre a cualquier edad, palabras que no utilizamos en nuestro día a día y que no han establecido las conexiones neuronales necesarias para que nuestra mente sea capaz de acceder a ella rápidamente. Pero al final lo más probable es que, tras unos segundos de bloqueo, logres verbalizar esa palabra.