Inseguridad a partir de los 50: cómo ir quitándotela de encima

  • La mitad de las personas no viven a gusto con lo que son, se sienten inseguras y han perdido la autoestima: ¿cómo recuperarla?

  • Cuidarse es la condición básica e indispensable para empezar a soltar inseguridades

  • La capacidad de auto-observación es básica para poder tener una relación sana con uno mismo; como explica la coach Isasaweis, "la autoestima nace de tener la conciencia tranquila"

La mitad de la población se siente insegura, no viven bien consigo misma y no logra reflotar su autoestima, según estudio de la Deusto Salud. La autoestima es la valoración que tenemos sobre nosotros mismos y es clave para que podamos afrontar las distintas situaciones de a vida con solvencia. Como explica un trabajo publicado en la revista Psychological Bulletin, la autoestima experimenta cambios a lo largo de los años. De hecho, la franja de los 50 años es una zona peligrosa: aún tenemos muchos compromisos vitales con la crianza de los hijos y el cuidado de los padres. En ese escenario, es fácil olvidarse de uno mismo. Recuperar el aprecio por uno mismo es uno de los recursos fundamentales para lograrlo, entre otros ofrecidos por los especialistas.

Practicar el autocuidado

Es lo que en el mundo anglosajón se llama 'me time', el tiempo para uno mismo. A cualquier edad, pero especialmente a los 50, debemos cuidar la nutrición, reservar un espacio al ejercicio y dedicar un tiempo a las personas y actividades que la psicóloga Marian Rojas Estapé llama 'vitaminas', esas que nos hacen sentir bien.

Conocer nuestro interior

Cuidarse es la condición básica para empezar a soltar inseguridades, pero para Diana Pardo, coach en inteligencia emocional y desarrollo personal, el autoconocimiento es lo que facilita que podamos recuperar la autoestima. En este punto, la ayuda profesional puede ser necesaria, pero técnicas como la escritura de un diario o dedicar unos minutos al día a repasar las vivencias del día pueden ser útiles.

Equilibrar el pasado y presente

La coach Diana Pardo insiste en revisar si la voz crítica que recibimos frente a algo que nos hace sentirnos inseguros es algo actual o viene del pasado, donde, probablemente, a lo largo de los años, hemos ido creando creencias limitantes. Para la experta, encontrar la coherencia entre el pasado y el presente es básico para alimentar la autoestma

Favorecer un cerebro flexible y tranquilo

La dopamina y la oxitocina, las hormonas del bienestar, se producen cuando el cerebro siente tranquilo y seguro, cuando vive en una situación de coherencia con lo que se es y se hace, aceptando los errores propios de cualquier humano. Como explica Ana Ibáñez, trainer de técnicas y tecnología de Neurociencia especializada en Alto Rendimiento cerebral, al aceptar como lógico que se pueden hacer cosas bien y cosas mal se construye una autoestima sana. "Cuando te vengan pensamientos negativos y autocríticos, pregúntate si objetivamente, ahora en el presente, aquello por lo que te criticas tiene sentido. Pregúntate si lo verías criticable si tuviera que ver con tu mejor amigo en vez de contigo. Desmonta lo aprendido en el pasado con tus verdades del presente", subraya Ibáñez.

Saber regular las emociones

La capacidad de auto-observación es básica para poder tener una relación sana con uno mismo. Como explica la coach Isasaweis, "la autoestima nace de tener la conciencia tranquila" y de saber que en cada momento hemos hecho lo que había que hacer, sin dejarnos llevar por las emociones inadecuadas.

La técnica que por antonomasia funciona mejor en esta gestión emocional es el mindfulness, 'la ducha de la mente'. Practicar la conciencia plena requiere un aprendizaje y constancia. Con cinco minutos al día podemos empezar los beneficios de aquietar la mente.

No compararse con nadie: somos únicos

Es una frase hecha a la que no damos suficiente valor: cada persona es única y vive circunstancias únicas; por tanto, compararse o comparar resultados no tiene ningún. Solemos juzgar a los demás como si todos viviéramos en la misma piel. Sin embargo, las perspectivas cambian según las personalidades, la experiencia y la información que se tiene en cada momento. No podemos cambiar el pasado ni a los demás. A la única persona que podemos cambiar es a nosotros mismos. Y el solo hecho de que exista un proyecto de mejora ya es un indicio de la amabilidad con la que nos tratamos.