A sus 57 años, Javier Iriondo, natural de Zaldibar (Vizcaya), ha tocado el cielo y ha descendido a los infiernos al menos en dos ocasiones. Con 20 años viajó a Estados Unidos con el propósito de triunfar como deportista de élite profesional en la modalidad de Jai Alai o Cesta Punta. Sin embargo, una huelga leonina en este deporte que duró tres años frustró los sueños para los que tanto había trabajado y perdió todo, hasta la ilusión. Fue la primera vez que tocó fondo. La segunda, en Brasil, fue tras invertir y participar en un gran proyecto inmobiliario.
Del éxito absoluto pasó a la ruina, el derrumbe, la decepción y una crisis vital, profesional y personal que le hizo perder la confianza en todo y en todos. Pero buscó soluciones y aprendió un camino para sobreponerse a los retos y caídas. Y lo más importante, lo que le trae aquí, es que se dedica a compartir ese desafío y con cada frase parece darnos el impulso que necesitamos en un momento crítico.
Conferenciante, emprendedor, escritor y aprendiz permanentemente dispuesto a que la vida le siga sorprendiendo y enseñando. Ha utilizado sus experiencias de vida en sus libros. El último, 'Este es tu momento'. Aunque el título puede inducir a equívoco, aclara que no es un libro de autoayuda, sino una novela aspiracional que invita a reflexionar sobre el sentido de la vida. Está cansado de escuchar eso de que "soy lo que tengo, lo que hago, lo que los demás piensan de mí. Son tres mitos tan instaurados en nuestra cabeza que cuando perdemos lo que tenemos pensamos que ya no somos nada y esto puede conducir a terribles depresiones".
Javier se inspira en sus experiencias reales con las que la gente pueda identificarse. En 'Este es tu momento', la vida de su protagonista, Paula, es su propia vida, pero también la de muchas otras personas. "Está escrito en un momento de derrumbe en el que pueden reconocerse, en cuanto a emociones, muchísimas personas", señala. Si tenemos que extraer una lección de sus páginas, nos quedamos con que "el mayor error de nuestras vidas es no luchar por lo que realmente queremos por el miedo a no ser capaces de conseguirlo”". Y, como dice el título, "Este es tu momento".
Imparte conferencias por todo el mundo en las que enseña cómo remontar cuando las cosas nos van rematadamente mal. "Nos hablan de felicidad como meta, pero nadie nos enseña cómo levantarnos cuando todo está fallando, cuando sientes que has tocado fondo, cuando dejas de creer en ti y te sientes incapaz de salir de ese agujero".
Es un placer escuchar en primera persona cómo se puede superar la adversidad, pero más aún cómo hacer para que, a pesar de haber perdido todo, hay motivos para sentirse digno de respeto y con capacidad para sobreponerse: "Somos más grande que cualquier cosa que te pueda pasar o te puedan hacer". Reconoce que es un buen titular, pero la vida es más complicada y entender esto, que finalmente podría ser el algoritmo de la felicidad, implica un proceso que Javier ha resumido en ocho pasos. Es el camino que él sigue para levantarse cuando cae, aunque sienta que está en lo más bajo. Y, según dice, funciona.
Javier repitió este proceso la segunda vez que sintió que su vida se había hundido, en Brasil. Necesitó frenar su vida y lo hizo sin sentirse culpable y sin miedo de quedarse atrás o fuera de juego.
Esa sabiduría aprendida desde su propio derrumbe le permite percibir que no vamos bien, "que cada vez hay más gente que se siente atrapada en la velocidad de la propia vida, con la sensación de estar haciendo permanentemente algo para llegar a otro lugar supuestamente mejor, más seguro, como si quisiésemos dejar atrás este momento presente, y así se nos puede escapar la vida esperando a vivir". Lamenta que las redes sociales nos están haciendo perder autenticidad, incitándonos a necesitar impresionar, a crear un personaje que poco tiene que ver realmente con nosotros mismos. "La tecnología y la cultura actual convierte nuestra mente en una maquina de comparar, nos somete a una inconsciente pero constante y cruel comparación, lo cual tiene una terrible influencia negativa en nuestras emociones. De forma sutil y perversa, esa constante comparación invade nuestras emociones y se transforman en miedos, complejos de inferioridad y conflictos emocionales".
Y, por miedo a quedarnos fuera, en parte abandonamos nuestra autenticidad y nos convertimos en actores que interpretamos un papel en busca de la admiración o validación externa. "Son muchas las personas que quieren escapar de esa trampa, huir a otro lugar, pero lo que necesitamos no es un lugar diferente, sino ser una persona diferente en el mismo lugar. Necesitamos recuperar la autenticidad y las conversaciones de verdad para conectar con nosotros mismos y con los demás. Agradecer más lo que tenemos en vez de pensar en lo que nos falta". Iriondo insiste en esa necesidad de agradecimiento por lo que tenemos, en vez de pensar en lo que nos falta. "Tenemos que recuperar la autenticidad y las conversaciones de verdad para conectar con nosotros mismos y con los demás para tener una vida con más sentido y plenitud".