El filósofo Luis Castellanos es pionero en la investigación del lenguaje positivo como fuente de progreso. En su última obra, 'Inteligencia Bondadosa' (Paidós), comparte de manera directa y sencilla cuáles son las palabras que pueden marcar la diferencia en nuestra vida individual y en nuestro entorno.
Para Castellanos, la Inteligencia Bondadosa nos invita a elegir las palabras coherentes con la esencia de cada persona. Entre ellas, figuran términos como 'amor', 'alegría', 'coraje' o 'altruismo'. Pero no son las únicas que desempeñan un papel importante en nuestros mapas mentales. Frente a los conceptos positivos, están las palabras menos bellas, pero igualmente necesarias. Una de ellas es 'miedo': por un lado, necesario para la supervivencia y, por otro, una emoción limitante. Sobre el miedo y sus aristas gira esta conversación.
En el libro aludes a cuatro miedos a los que nos enfrentamos por el hecho de estar vivos. ¿Por qué te has fijado en ellos?
El miedo trae una muerte diaria a nuestro corazón, a nuestra mente, a nuestra habla, a nuestro cuerpo. Y su forma es la angustia, la depresión, la desesperación, la envidia, el rencor, la ira, la violencia… El miedo tiene el poder, la capacidad de modificar la percepción, el tiempo y, con ello, la realidad.
¿Cuáles son esos cuatro miedos?
Para mí, hay cuatro miedos esenciales:
¿Cómo podemos superar esos miedos?
Hay palabras que tienen la forma del corazón. Encontrarlas es el buen camino por la vida. Harán que el miedo no habite en mí.
A veces, al hacer un trabajo de introspección o autoconocimiento perdemos la capacidad de jugar. En cambio, el libro concede mucha importancia a la diversión. ¿Por qué?
Pensemos una cosa: ¿qué palabras han asaltado tu vida y han tomado el mando? Dinero, éxito, poder… ¿Por qué ya no echamos en falta otras palabras que no aparecen en el mundo de la política, la economía, la educación, el deporte, la cultura…? 'Bondad' es una de ellas. 'Compasión', 'calidez' o 'ternura' son otras palabras esenciales para proteger el futuro.
La diversión nos vuelve a esa parte de ti que se siente atraída por la esperanza, esa parte de ti que cree en lo extraordinario. Con la diversión aprendes a crear una vida que te entusiasme y te encuentres con la verdadera alegría: hay una hermosa persona en tu interior.
El libro está estructurado en 63 palabras conectadas con la inteligencia bondadosa. Si hubiera que elegir, ¿cuáles serían las más importantes y por qué?
Lo que importa es cómo tu corazón acepta una palabra, su alma, su energía y decides habitarla.Yo comencé con la palabra 'sí': abre mundos; el 'no' cierra puertas, corazones. La forma del 'sí' es la esperanza.
¿Qué otras palabras son fundamentales?
'Alegría' es un corazón con paz interior. Su forma es la felicidad. Otra fundamental es 'instante': una eternidad aquí y ahora. Eternidad en mi', y no es una exageración ilusoria. Los instantes son únicos en nuestro corazón; cuando estamos presentes, es decir, cuando los habitamos, crean fascinantes vínculos con la eternidad. Su forma es nuestro único corazón.
¿Crees que esas palabras debería ocupar un lugar especial en los diccionarios?
Sí, de hecho, he diseñado un diccionario de la bondad como herramienta para aprender a habitar la sabiduría de nuestros ancestros, recogida en la verdadera energía de las palabras cuando se sintieron por primera vez. En realidad, la inteligencia bondadosa consiste en elegir pocas palabras y que sean ellas las que te habiten, te guíen y sean las guardianas de tu corazón.
Otro capítulo de tu libro alude a mejorar las relaciones con uno mismo, la primera persona con la que no decidimos vivir. ¿Cómo podemos lograrlo?
Para mi la palabra 'situd', formada a partir de 'silencio' y 'quietud', es vital para aprender a vivir conmigo mismo, para enamorarme del mundo y de todo lo que contiene. Es la forma del universo. En el silencio y la quietud es donde se revelan la esperanza y el poder detrás de cada elección que hacemos. El poder de nuestra libertad. Alcanzar la libertad interior es el reto de una sociedad y un tiempo convulsos. Sin libertad interior no hay paz interior y sin paz interior no hay paz de ningún tipo.
Cada vez surgen más métodos para encontrar esa paz interior. ¿Por qué la buscamos incesantemente?
Habitar, vivir y sentir estas dos palabras (silencio y quietud, lo que denomino 'situd') es alojar armonía en tu corazón. Y un buen corazón, la calidez de corazón, es la fuente de una vida feliz.