Cuando estamos en el sofá, tirados, viendo la televisión o simplemente no haciendo nada muchas veces nos sentimos culpables, improductivos, sabiendo que podríamos aprovechar ese tiempo para hacer cualquier cosa importante. Pero no hacer nada muchas veces puede ayudarnos, ahí está el arte del Niksen, la técnica holandesa que precisamente consiste en eso, en no hacer nada. Pero lejos de ser sinónimo de vago, en el país defienden este método como algo primordial para la salud, el estado de ánimo o su creatividad, para saber cuándo parar y tomarse una pausa.
La creencia de tener que ser productivos siempre, las 24 horas del día, puede provocarnos estrés y, por tanto, seamos mucho menos productivos en nuestro día a día. Un artículo sobre el Niksen en The New York Times trataba como realmente llegar a ese punto de no hacer nada es muy complicado, pues vivimos en una sociedad conectada, en la que siempre tenemos el móvil encima, por lo que desconectar es una tarea casi imposible.
En ese mismo texto hablaron con una psicóloga, Sandi Mann, que había estudiado este fenómeno, llegando a la conclusión de que ese proceso de inactividad puede hacer a las personas mucho más creativas y resolutivas frente a los problemas que se les presentan en su vida cotidiana. Además, ese momento en blanco, sin hacer nada, puede ser el instante de recargar pilas, pues de nada sirve mantenernos activos y supuestamente productivos cuando realmente no podemos serlo porque estamos agotados.
Annette Lavrijsen es la autora de Niksen, un libro sobre esta técnica en donde ha creado un manifiesto, cinco puntos por los que defender esta práctica como beneficiosa para la salud de quienes la practican:
Pero, ¿cómo conseguimos no hacer nada? ¿Qué se considera Niksen y qué no? Por ejemplo, acostarnos a mirar nuestras redes sociales o pasarnos la tarde viendo capítulos y más capítulos de nuestra serie favorita podría considerarse no hacer nada, pero realmente no pertenece al Niksen, es más, es algo así como lo contrario, pues nos puede llevar a aumentar los niveles de estrés e incluso asociarse a las adicciones.
Entonces, ¿qué es el Niksen? Uno de los ejemplos más sencillos es retirarse a un lugar apartado y tranquilo, desde ese rincón de tu jardín, al césped de un parque, un banco con vistas espectaculares, una playa, o esa ventana de casa que siempre te transmite paz. En ese momento solo te queda no hacer nada, aunque puedes añadir música y dejar que tu mente se despeje por completo.
Lavrijsen aconseja hacerlo, si no cada día, sí con una rutina, sin esperar a tener días libres para que no nos ocupe mucho tiempo. No hacer nada durante un rato con frecuencia puede hacer que esos ratos sean breves. En su opinión, pueden ser descansos de unos cinco minutos al principio para ir aumentado el tiempo hasta poder alcanzar media hora o una tarde entera cuando la tienes libre y así dedicar ese tiempo a uno mismo según lo necesites. Cada persona considera el tiempo que necesita para estar inactivo.
En su libro, la autora establece los beneficios sobre la productividad, la creatividad o la felicidad que el arte de no hacer nada tiene para las personas: