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Después de esta pandemia, o mejor dicho, durante (porque seguimos en ella), muchas personas están pensando en mudarse a un entorno mucho amable para sus vidas. Esta pesadilla y el fenómeno del teletrabajo no ha hecho más que favorecer que muchos de nosotros nos planteemos si merece la pena vivir como vivimos y en los lugares en los que lo hacemos, y si no es necesario una vuelta a un contacto más estrecho con lo natural, con lo humano y, en resumidas cuentas, con lo sostenible.
Tenemos dos indicadores que nos muestran que la tendencia es un hecho. Por un lado, los portales inmobiliarios llevan constatando que desde marzo las búsquedas se han disparado (más de un 5 %) en los entornos rurales y periburbanos. La casa con jardín o terreno es lo obligatorio.
Por otra parte, han empezado a surgir un montón de plataformas o iniciativas (o están tomando gran impulso las que ya habían comenzado) que, ante esta demanda, no solamente ayudan a encontrar vivienda en las zonas despobladas, sino que también ofrecen asesoramiento para el emprendimiento viable y sostenible en esas zonas. Por ejemplo, 'Repoblem', una iniciativa en Cataluña que en tres meses consiguió 24.000 usuarios nuevos. O 'Comarkup', que tiene desde hace meses ya 5 solicitudes al día.
Desde la perspectiva de lo rural, esto es un gran avance, ya que hasta ahora nadie quería vivir en el campo y la tendencia se ha revertido y sigue en aumento. Esto podría suponer un reequilibrio tanto económico como demográfico tan demandado desde hace ya tiempo por la España rural.
Desde la perspectiva de lo urbano, hay varias cuestiones que se deben señalar. Por una parte, como hemos comentado otras veces, la regeneración de la ciudad para convertirla en un entorno amable, verde y sostenible, es un fenómeno que ya ha comenzado (en las ciudades de los 15 minutos). Pero esta demanda no puede pasar por una vuelta al suburbio o a la construcción de una ciudad extensa, de interminables hileras de casas con jardín y gran centro comercial. Este es un modelo americano, completamente contrario al europeo de ciudad densa compacta y llena de vida, que se aleja completamente de la sostenibilidad y del contacto humano.
La polémica urbanística esta servida, ya que la densidad en pandemia es una de las peores situaciones. En estas y otras discusiones andamos los profesionales del sector.
Ya estás decidido, y ante la disyuntiva de qué modelo buscar, lo mejor es seguir estos sencillos consejos:
No todos estamos dispuestos a empezar de cero, ni nuestras condiciones nos permiten trasladar nuestros domicilios a esos lugares donde todo parece perfecto, ni todos tenemos las mismas necesidades, ni nuestro modelo familiar o social es el mismo. Hay tantas soluciones como personas. Hay que tener muy claro quiénes somos y qué es lo que nos gusta y necesitamos.
Para ello deberíamos realizar una lista con todos estos aspectos, modelo familiar, tipo de vida, tipo de trabajo, edad, climatología, tipo de vivienda, proyecto de vida y por supuesto las expectativas de mejora en cada uno de ellos.
Por otra parte, es muy importante tener en cuenta el factor tiempo. Deberíamos preguntarnos por la temporalidad de lo buscado: ¿es una temporada hasta que esto acabe o es definitivo?
Una vez analizado lo anterior, deberás valorar qué otros apoyos necesitas.
Por poner ejemplos:, si teletrabaja, te molan las series o hablas por Skype con tus hijos; necesitarás internet de alta velocidad, que, desgraciadamente, no todos los pueblos lo tienen. Si tienes hijos, necesitarás escuelas. Te sorprenderá descubrir que hay escuelas rurales, por ejemplo en Castilla y León, que tienen muchos mejores indicadores que las urbanas. Si eres inquieto culturalmente: cines, bibliotecas, ateneos. También te sorprenderá saber que hay un empresario que lleva estrenos de películas actuales a muchos pueblos escasamente poblados. Si eres deportista: piscina, polideportivo, rutas de senderismo o lugares para hacer bicicleta. Si telecompras: plataformas como Amazon.
Y así, un largo etcétera, ya que somos diversos y habrá algunos que quieran estar aislados y solos.
Haz un plan económico. Factores como el dinero del que dispones o el que puedes invertir, o cuánto quieres o puedes gastar son muy relevantes. A pesar de lo que está en nuestro imaginario, y a pesar de que el medio rural o periurbano es mas económico, no es verdad que todo sea un chollo.
Hay poca vivienda en alquiler, y mucha de ella esta en condiciones no habitables según nuestros estándares de vida. La calefacción, el aislamiento, las ventanas, las cubiertas, etc. son factores que tendrás que valorar.
Una vez aplicados estos filtros, seguro que ya tienes varias zonas en tu nuevo mapa de oportunidades. Es el momento de probar. Haz viajes, cuando se pueda, e investiga las zonas, y no hablo de un fin de semana ideal en casa rural o en un chalet con piscina en una urbanización con amigos haciendo barbacoas. Intenta alquilar por un periodo más largo antes de decidirte por un lugar en concreto.
También es aconsejable pensar si tienes alguna relación o propiedad en algún pueblo, a lo mejor tus abuelos vivían en uno perfecto. A veces, ser de un lugar ayuda en la vida diaria y es mas fácil establecer vínculos con los vecinos.
Una vez realizados todos estos pasos, ya puedes decidir. En ese caso, imaginemos que compras la propiedad más bonita del mundo para rehabilitar o el solar más codiciado en una urbanización a 40 minutos de la gran ciudad. Necesitarás un proyecto y si, eres tan sostenible como crees o como deberías, este deberá cumplir con los criterios de sostenibilidad energéticos que hoy se deberían aplicar en cualquier edificación y más en un entorno paradisiaco. Ahorro energético, energías renovables, autoconsumo, energías pasivas, materiales locales... deberían ser las premisas del mismo.
Por otra parte, ten cuenta que una obra, una vez obtenidos todos los permisos y especialmente en determinados entornos, puede llevar tiempo, ya que las empresas constructoras en muchos casos están muy demandadas y en el mundo rural tienen el problema añadido de la falta de mano de obra. Por ello, a lo mejor sería bueno pensar en algo prefabricado.
Esto puede ser una aventura fascinante o una pesadilla, de ti depende el que sea una cosa u otra. Mi último consejo es que te dejes asesorar, infórmate y contrata a buenos profesionales que te ayudarán a que sea un acierto.