Twitter está atravesando su momento más difícil. Miles de empleados están esperando un mail en el que se les va a comunicar si continúan o no en la empresa. Pese a que todavía no hay cifras oficiales, se calcula que en torno a la mitad de sus empleados podrían ser despedidos. Con la reciente compra a regañadientes de Elon Musk, Twitter pasa a ser propiedad privada y los empleados, en pie de guerra, van a denunciar a la compañía por despidos improcedentes. La realidad es que Twitter ahora mismo es una máquina de perder dinero y Musk está intentando convertirlo en algo que sea rentable recortando costes (mediante despidos) y aumentando ingresos (cobrando a los usuarios verificados 8 euros al mes, casi 100 al año), pero esto presenta un problema enorme para los usuarios. Como cada semana en ‘Money Talks’, Javier Ruiz nos aporta luz sobre este tema y nos explica por qué se espera una desbandada masiva de usuarios en esta red social.
Twitter patrulla y vigila la libertad de expresión, es decir, evita que la aplicación sea territorio de insultos y odio, pero si no lo consigue siendo 7.000 trabajadores, ¿cómo pretende hacerlo con 3.500? Esto es muy incómodo para clientes, que ahora van a tener que pagar, y, también, para anunciantes que no quieren estar pegados a esquemas de violencia, a casos de acoso o suicidios. Querer ganar dinero es absolutamente legítimo, pero no hacerlo a costa de sacrificar el servicio porque eso puede ser muy poco rentable a largo plazo.
La compañía está en manos de alguien totalmente impredecible con lo cual podemos esperar cualquier cosa. El servicio de suscripciones en el que se ha apoyado para decir que ahora va a cobrar a todas las cuentas verificadas ocho dólares al mes dice que lo va a cambiar en función de los países y no va a ser el precio el mismo precio global. En Estados Unidos esto ya existía y se llamaba ‘Twitter blue’, pero no tuvo demasiado éxito porque una de sus únicas ventajas era poder editar tuits las primeras horas tras su publicación, pero no controlaba para nada los insultos ni las críticas, es decir, no añadía una depuración de contenidos.
Sin embargo, lo cierto es que Twitter no tiene una sustitución exacta en ahora mismo en el universo de redes sociales, pero sí que están naciendo en Estados Unidos plataformas similares que pueden comerle el pastel en cuestión de meses. Se trata de la misma idea pero con una moderación de contenidos diferente. Javier Ruiz nos explica en el vídeo cuál es esta aplicación, su funcionamiento y si otras redes como Telegram o Whatsapp se plantean también cobrar a sus usuarios por su uso. Dale al play.