El brillante triunfo de la selección española femenina en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda ha vuelto a poner en evidencia la enorme brecha económica que persiste respecto a su contrapartida masculina. En el inicio de una nueva temporada en 'MoneyTalks', Javier Ruiz le pone números al fútbol. Cuánto dinero ganan (o pierden) los Mundiales, cuánto ganan los jugadores y las jugadoras, cuánto ingresa la RFEF y cómo se reparte ese dinero.
En primer lugar, hay una clarísima discriminación de las mujeres en el mundo del fútbol. No hay debate. Decir que aquí no hay machismo es cerrar los ojos a la realidad. Y se le pueden poner números. La FIFA destinó un presupuesto de 1.696 millones de euros al Mundial de Qatar de 2022, mientras que para la Copa del Mundo femenina han sido 435 millones. Casi cuatro veces menos. Una diferencia brutal.
En el Mundial masculino se repartieron 440 millones en premios, con 42 millones para el campeón, 18 millones para quien se clasificaba y 9 simplemente por jugar. En el Mundial femenino fueron 110 millones los que se repartieron en premios (eso sí, en la cita anterior solo fueron 30 millones), con 4,29 para la selección campeona, 2,4 para quien se clasificaba y 1,5 por jugar.
El argumento de que ellos generan mucho más dinero es absolutamente falso. Todos los Mundiales, salvo el de México 86 -y obviando el de Rusia por la poca credibilidad de sus cifras-, han sido deficitarios. El fútbol masculino no da dinero en los Mundiales, al contrario, estos torneos son máquinas de perder dinero. De las últimas 36 grandes competiciones de fútbol masculinas 31 han sido deficitarias. Si alguien gana dinero es la FIFA.
Eso si nos ceñimos a las selecciones, pero si hablamos de futbolistas, en la competición masculina un jugador cobra 370.000 euros solo por jugar en el Mundial. Si es campeón cobra un porcentaje, que en el caso de Argentina fue de un montante de 42 millones a repartir entre todos los seleccionados. Por su parte, las jugadoras españolas ganaron 250.000 euros cada una por levantar el titulo. A lo que habría que añadir los 15.000 euros por cabeza repartidos por la RFEF como parte de su plan de conciliación.
Lo cierto es que la igualdad en el fútbol y la mejora del fútbol femenino no ha sido una gran preocupación hasta ahora para la RFEF, al menos echando un vistazo a su organigrama, donde la parcela femenina queda diluida y escondida bajo una enmarañada estructura. Pero el presupuesto de la Federación sí ha subido de manera brutal en los últimos cuatro años, concretamente desde que emprendiera negocios con Arabia Saudí. Ha saltado de 215 millones en 2019 a casi 350 millones este año, un 138% más.
El dinero de la RFEF procede de patrocinios externos, de acuerdos internacionales y de la Liga, pero todo está envuelto en sombras de corrupción, algo extensible al escalón más alto, la FIFA, donde sí que es más palpable. De hecho, su corrupción está demostrada pero no corregida. La FIFA es uno de los organismos más corruptos del deporte, como demuestra la organización del Mundial de Qatar.
El fútbol a día de hoy mueve el 1,37% del PIB español. Es decir, da mucho dinero, no solo al deporte sino a todos los demás. El problema cuando hablamos de gastos es que el dinero en realidad lo ganan dos o tres clubes, Real Madrid y Barcelona especialmente, y todo lo demás es redistribución.
Además, en el fútbol español, de todo lo que se ingresa (549 millones en derechos de televisión y 129,4 millones en entradas y abonos), la mitad se va en nóminas. Hay unas fichas absolutamente disparatadas que dejan un negocio difícilmente rentable, con ciertos apuros de supervivencia a largo plazo. El negocio del fútbol se agota y la factura deportiva de los clubes va menguando. Sí ha habido una época de burbuja, pero ahora mismo los derechos de televisión ya no son suficiente para pagar tantas alegrías.
En conclusión, en el fútbol hay una desigualdad salvaje entre hombres y mujeres, hay un problema de corrupción de primer orden y hay otro problema de sobrepago a muchos futbolistas que los petrodólares de Arabia Saudí no hacen más que agravar. Para saber más sobre las cloacas del fútbol, puedes ver el vídeo con la charla completa con Javier Ruiz.