Cuando un hombre se decide finalmente a acudir a la consulta del urólogo llega cargado con una serie de dudas e incertidumbres, que van desde lo lógico a lo hilarante. El especialista del Lyx Instituto Claudio Martínez-Ballesteros nos explica en una nueva entrega de 'Cuestionario Prost' cuáles son las preguntas que más le hacen los mayores de 50 en su consulta, y desgrana algunas de las anécdotas más insólitas y divertidas de las que ha sido testigo.
Una de las cuestiones de las que debería informar cualquier paciente al urólogo es si está yendo al baño con mayor o menor frecuencia de la habitual. No hay una número exacto de veces al día que sean normal para orinar, y puede variar dependiendo del clima, la hidratación y otros factores. Pero si se está yendo más de lo que siempre ha sido normal, eso es algo a tener en cuenta.
Tener dificultades para orinar es una posibilidad muy factible a partir de los 50. Puede ser algo normal dentro del proceso de envejecimiento, pero también podría deberse a una hiperplasia benigna de la próstata o a un problema de funcionamiento renal.
Otro tema que preocupa mucho a los pacientes es la disfunción eréctil. Cuando una persona ha experimentado problemas para tener o mantener la erección durante el acto sexual es muy fácil que se preocupe. Sin embargo, un episodio ocasional puede ser común, sobre todo a cierta edad. Para hablar de disfunción eréctil debe tratarse de una incapacidad más o menos permanente.
En todo caso, el médico examinará la situación junto con el paciente para tomar en cuenta los posibles factores de riesgo asociados. Además, se deberán considerar otras patologías, ya que la disfunción eréctil no solo afecta a la vida sexual de la persona, sino que puede estar relacionada con diversos problemas de salud cardiovasculares, neurológicos o endocrinos.
Por otra parte, también hay algunos detalles que se tienen que contar al médico para que este pueda emitir el diagnóstico más acertado posible. Tendremos que hablar del estilo de vida, la dieta que llevamos, si hacemos ejercicio o somos sedentarios, nuestro funcionamiento sexual, la frecuencia y la forma de la micción, nuestros antecedentes familiares o personales de enfermedades crónicas. No debemos ocultar nada para evita ser regañados ni pasar por alto detalles que pueden ser importantes. Evitar contar ciertas cosas pueden contribuir a agravar algún problema existente.