A partir de los 40 años los hombres pueden tener problemas prostáticos, a los 50 más de la mitad presentan síntomas y por encima de los 80 afectan al 90%. Pero, ¿cómo afectan la aparición de estos problemas a la actividad sexual? El especialista del Lyx Instituto Claudio Martínez-Ballesteros nos explica en una nueva entrega de 'Cuestionario Prost' qué pasa con el sexo cuando la próstata empieza a hacer de las suyas.
La capacidad eréctil no se ve directamente afectada por el agrandamiento de la próstata, aunque es posible que las molestias que provoca (dolor o dificultad al orinar) disuadan de la práctica sexual. Cuando hay que recurrir a la cirugía el impacto en la función sexual es mayor. La mayor parte de los tratamientos del cáncer de próstata producen efectos secundarios o secuelas en la salud sexual.
Por ejemplo, una prostatectomía radical por un cáncer de próstata tiene un impacto importante en la salud sexual y en la función miccional. El paciente va a tener dificultad para tener y mantener una erección, pero seguirá teniendo deseo sexual, hormonas para mantener ese deseo y capacidad para mantener la sensación orgásmica, aunque pierda la capacidad de eyacular por la intervención. Eso genera frustración. Querer y no poder.
Otro escenario distinto es el de las terapias para el tratamiento del cáncer, como la hormonoterapia, en el que se necesita mantener la testosterona en niveles muy bajos, lo que produce una disminución de rigidez en la erección y del deseo sexual, pero no hay frustración.
Después de un tratamiento contra el cáncer de próstata puede haber una disminución de la rigidez de la erección o disfunción eréctil. A los 5 años de la prostatectomía radical un 71% de los pacientes refieren disfunción eréctil y a los 12 años un 87%. En la disminución de la libido, además de los mecanismos hormonales, también hay muchos otros factores psicológicos como la preocupación por la enfermedad, el ambiente o la pareja que influyen en la pérdida del deseo sexual
Afortunadamente, hoy en día hay una gran variedad de alternativas para la rehabilitación después de una intervención prostática con un alto grado de satisfacción. La cirugía que no tiene que ver con el cáncer generalmente el único impacto que puede producir en la función sexual es la eyaculación retrógrada. Esto significa que el paciente tiene deseo, es capaz de mantener la erección y de llegar al orgasmo pero no eyacula, o no lo hace hacia el exterior.