Muchas veces se tiende a asociar los problemas de próstata con la 'menopausia' masculina, un proceso por el que el que el hombre va perdiendo potencia sexual. El especialista del Lyx Instituto Claudio Martínez-Ballesteros aborda en una nueva entrega de 'Cuestionario Prost' este problema de salud relacionado con las hormonas.
En rigor, la menopausia es un problema de salud femenino. No debe trasladarse ese concepto al género masculino. La mal llamada 'menopausia' masculina o andropausia supone la pérdida de capacidad de sintetizar, liberar y utilizar correctamente niveles apropiados de testosterona por todos los tejidos del organismo, no solo el prostático. Es decir, por el pelo, los músculos, los huesos o el corazón.
La incidencia de la andropausia, cuándo y con qué intensidad aparece es variable de unos hombres a otros, mientras que la menopausia afecta a todas las mujeres, aunque también con distinta intensidad. En cualquier caso, existe evidencia de que esta etapa, al igual que la menopausia en las mujeres, tiene un fuerte impacto en nuestra vida. Una persona sin testosterona tiene tendencia a estar deprimido, irritable, con dificultades para concentrarse, le falla la memoria, está falto de energía y se siente cansado.
Es conveniente saber que son muchos los que asocian estos síntomas al envejecimiento como tal o a un cuadro de estrés, pero conviene visitar al médico para una revisión completa y saber si se trata de esta patología para poder tratarla.
En el caso de pacientes que están castrados químicamente o quirúrgicamente por un cáncer de próstata, estos tienen tendencia a engordar. No se trata de un descuido en su alimentación, al alcohol o a la falta de ejercicio físico, sino que es consecuencia del descenso de hormonas y de la pérdida de la tonificación muscular. También presentan desmineralización de los huesos u osteoporosis.
Los individuos que estén pasando por esta etapa pueden mejorar su calidad vida si incorporan algunos hábitos en su día a día. Hay que apostar por una dieta variada y equilibrada, con alimentos bajos en grasas y ricos en fibra. Asimismo, es beneficiosa la práctica de ejercicio regular. Ayudará a controlar el peso, evitar la pérdida de masa ósea y a mejorar la forma física, emocional y estado general. Evitar o moderar el consumo de alcohol y sustancias estimulantes como la cafeína también puede ayudar. Si se fuma, mejor abandonar el tabaco. Y, por supuesto, es recomendable acudir al urólogo o al endocrino.